Colombia quiere seguir los pasos de Europa y prohibir los plásticos de un solo uso
Así como la Unión Europea acordó este miércoles restringir a partir de 2021 la utilización de la mayoría de plásticos de un solo uso, Colombia le apuesta por adoptar esta medida en 2025. Proyecto de ley que viene promoviendo esta iniciativa empezará a ser debatido en marzo de 2019.
2018/12/19
Según la ONU Medio Ambiente, el 78% de los plásticos que se producen en el planeta tienen un solo uso y terminan en los mares. Foto: archivo/Semana.
A partir del año 2021 en los países que hacen parte de la Unión Europea quedaría prohibida la utilización de plásticos de un solo uso. Esto quiere decir que elementos como copitos, pitillos, cubiertos, vasos y platos, entre otros productos no podrían volver a ser utilizados.
Esta legislación, que fue aprobada este miércoles en un tiempo récord, luego de la propuesta inicial presentada en mayo por la Comisión Europea, se basa en que el 70% del plástico que termina en los océanos y en las playas proviene de esta categoría de productos.
Sin embargo, a este proyecto aún le resta un largo camino para que quede en firme, pues aún requiere el aval de otras dos instituciones, el Parlamento y el Consejo de la Unión Europea, pero se espera que termine su recorrido legislativo a principios de 2019 para poder empezar a aplicarse en 2021.
«Si se mide en peso, en 2050 habría más plástico que peces en los océanos del mundo, si seguimos echando plástico al mar al ritmo actual. No podemos dejar que esto ocurra», advirtió Elisabeth Köstinger, ministra austriaca de Desarrollo Sostenible, cuyo país ejerce la presidencia pro tempore de la UE.
Cada minuto son entregadas 1 millón de botellas plásticas, al igual que 10 millones de bolsas en el mundo. De estas un gran porcentaje termina en los océanos. Foto: archivo/Semana.
Adicionalmente la Unión Europea también quiere prohibir los plásticos llamados oxodegradables que son considerados como biodegradables, aunque en realidad solo se fragmentan en partículas minúsculas, así como los vasos y los recipientes de poliestireno expandido, que suelen usarse para la comida para llevar.
El acuerdo además crea el objetivo de reciclar el 90% de las botellas de plástico antes de 2029 y fija la meta de que en 2025 la fabricación de botellas tenga un 25% de material reciclado y un 30% en 2030.
Con esta medida, además de la protección de los océanos, se busca alcanzar otras ventajas medioambientales y económicas, entre las que se encuentran impedir la emisión de 3,4 millones de toneladas de CO2 (dióxido de carbono) a la atmósfera, así como evitar daños medioambientales que costarían un equivalente de 22.000 millones de euros hasta 2030 y permitir que los consumidores se ahorren unos 6.500 millones de euros.
Colombia se quiere unir a la iniciativa
A través de un proyecto de ley unificado los representantes a la Cámara, Juan Carlos Losada y Harry Giovanny González, buscan que en Colombia siga los pasos de la Unión Europea.
Losada basa su propuesta en las estadísticas que maneja la ONU Medio Ambiente que dan cuenta de que cada minuto son entregadas 1 millón de botellas plásticas, al igual que 10 millones de bolsas.
«El 78% de los plásticos que se producen en el planeta tienen un solo uso, eso quiere decir que nosotros lo único que estamos haciendo es llenar el mundo de basura y, por supuesto, que desde el Congreso de la República lo que pretendemos con esta iniciativa es contribuir a que el plástico no nos termine de invadir«, apuntó Losada.
El representante considera que Colombia tiene que entrar cuanto antes en la onda de prevenir, a través de un consumo y una producción mucho más responsables, atendiendo, además, los compromisos adquiridos por el país en el Acuerdo de París para el 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), especialmente en el tema marino para 2025.
«Se hace de vital importancia que las industrias que hoy trabajan el tema del plástico puedan ir transformado sus productos de aquí al 2025, año en el que quedarían prohibidos definitivamente esta clase de elementos en Colombia. Para tal fin, deben ser utilizadas la tecnología y nuevas materias primas», resaltó.
Losada es consciente de la gran capacidad de lobby que tiene la industria del plástico nacional en el Congreso, pero confía en que los 7 años que se le está dando a este sector sean suficientes para tomar decisiones.
«Los productores tienen una responsabilidad extendida, pues no es solamente producir 1.000 millones de botellas y luego hacerse los de la vista gorda sobre lo que pasa con ese plástico. El proyecto de ley incluye la incorporación de un modelo de economía circular en las empresas para que los desechos de esos productos puedan ser reutilizables el mayor tiempo posible», manifestó.
El congresista cree que son retos para la industria del plástico demasiado enormes, pero necesarios ya que «no podemos seguir dejando que la responsabilidad de los plásticos recaiga solamente del lado del consumidor«, dijo.
Con esta iniciativa los cubiertos y platos desechables, así como los pitillos tendrían que salir del mercado en 2020, mientras que el resto del catálogo de productos establecido en el proyecto, entre el 2022 y el 2025. Se trata de las bolsas plásticas, algunos empaques y las bombas inflables, al igual las colillas de los cigarrillos, entre otros. «La ley también cobija plásticos extendidos como el icopor que son terriblemente nocivos para el planeta. Estos pueden ser reemplazados por otros elementos, según pruebas que se han adelantado en otros países», puntualizó.
Inicialmente se contemplaba que la ley quedara en firme en 2030, pero por recomendación del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) en una audiencia pública la fecha fue modificada.
*Con información de AFP.
17/10/2020
1 Comment
Rubén Torres
2 años agoLa educación y sensibilización para que la gente no arroje la basura al suelo o al mar no surte el efecto esperado. Los ayuntamientos han tenido el acierto de distribuir miles de contenedores por todo el país. Pero la gente incívica es reacia a contribuir con el bienestar común y se niega a reciclar su basura. Aparte de tirar la basura donde no debe, hay cientos de personas que la dejan al lado de esos contenedores. Ante ese despropósito no queda otra que tomar decisiones más contundentes. Lo peor es que la tendencia es de ir en aumento si no hacemos algo con nuestros presidentes.
Como ocurre ante cualquier otro problema, lo primero que se debe hacer es encontrar el origen, después buscar las posibles soluciones. En la mayoría de los casos tienen un origen común; la gente con el poder de decidir qué se hace o no. Los alcaldes, ministros, presidentes y gobernadores incompetentes son los que lo deciden todo. Todos ellos ya han demostrado lo que saben hacer (empeorar los problemas en vez de solucionarlos), es hora que sean reemplazados por los que sí saben lo que se debe hacer.
Por desgracia, la creencia popular y arraigada de creer que la democracia es la solución, paraliza cualquier posibilidad de mejorar la situación de un país. Unos votantes neófitos son muy perjudícales para poder cambiar a los dirigentes ineptos. Llevamos varias décadas con la democracia y los problemas se agravan día a día. La solución es una dictadura dirigida por personas resolutivas y competentes.
El plástico ha contribuido muchísimo en hacernos la vida más fácil. El problema no es cómo gestionarlo ni cómo eliminarlo. Se puede reciclar muchas veces, se puede extraer combustible de él y se puede destruir definitivamente con hornos especiales. Pero para eso se tiene que tener la voluntad de querer hacerlo. El problema está en las personas que le importa un bledo el medioambiente, no reciclan, o vierten la basura en el contenedor incorrecto o la lanzan al suelo directamente. La lluvia arrastra parte de la basura que podría ir a parar al río o al mar.
Quizá si la gente en vez de ver a los plásticos como unos residuos que hay que desprenderse de ellos, los viese como un potencial negocio no los tirarían, y tal vez recogerían también los plásticos que se encontraran por ahí. Como he mencionado antes, los plásticos se pueden convertir en combustible. Existe una máquina que lo convierte en tres tipos de combustibles; gasolina, gasoil y queroseno. Para ello posee un selector que uno decide en qué tipo de combustible quiere que se convierta. Aproximadamente se consigue un litro por cada kilo de plástico. También se debería permitir la venta de esos combustibles. De esa forma se generaría empleo a los desempleados. Si esto no los convence habrá que tomar medidas más contundentes, una sanción de 10€ por cada gramo de basura que no se coloque dentro del contenedor adecuado. Por supuesto los ayuntamientos deben distribuir suficientes contenedores como para facilitar el reciclaje a los ciudadanos.
Felicito a todos los voluntarios que hayan colaborado en la limpieza de las playas y de los mares, pero lo encuentro injusto. Habiendo tantos cerdos y tanta gente en prisión viviendo del cuento, y tanta gente que tiene deudas con el estado, y como se han declarado insolventes se libran de pagar, pues todos ellos deberían ser los que se encargaran de recoger toda esa basura, tanto en tierra como en los ríos y en las playas. A los que están cumpliendo condena se podría conmutar las penas por trabajo, por ejemplo; 5 días trabajados por tres días de permiso para que puedan visitar a sus seres queridos.
Como es imposible tener un policía que vigile a cada ciudadano, no lo es si el alcalde estableciera una recompensa por filmar las acciones incívicas, así se multiplicaría muchísimo la vigilancia y de paso, se ayudaría a la gente con escasos recursos económicos.