Los radicales islamistas de Boko Haram «venderán» a las 200 niñas secuestradas
La milicia radical islamista Boko Haram ha difundido hoy que venderán en el mercado a las 200 niñas que secuestró hace semanas en un colegio de Nigeria
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Actualizado: 06/05/2014
Las venderán «en el mercado». El líder de la milicia radical islamista Boko Haram anunció este lunes el futuro de las 200 niñas que secuestraron hace semanas en una escuela del noroeste de Nigeria. «Yo secuestré a vuestras niñas», reconoció Abudakar Shelaku en un vídeo al que ha tenido acceso la agencia francesa AFP. La última atrocidad del grupo creado hace doce años por Mohamed Yusuf en una mezquita de Maidiguri se suma al reguero de muerte provocado por la milicia en Nigeria.
El país sucumbe a la violencia de Boko Haram. Pese a que el Gobierno mantiene una ofensiva antiterrorista en el noroeste del país (de mayoría musulmana en el norte y predominantemente cristiano en el sur), los ataques integristas no cesan. El rapto de las estudiantes tuvo lugar el 14 de abril, cuando milicianos islamistas radicales asaltaron una escuela de secundaria para chicas de la localidad de Chibok, en el estado de Borno, y se llevaron consigo a centenares de jóvenes a bordo de camiones. Después, su rastro desapareció en una zona remota fronteriza con Camerún. Desde entonces se han sucedido informaciones contradictorias sobre el paradero de las menores.
El Confidencial viajó recientemente al santuario de esta milicia, Borno, donde los testigos contaron que los milicianos de Boko Haram habían atacado, quemado y asesinado a 52 personas en aldea de Mainok. En la víspera, un doble atentado con coche bomba en una concurrida zona comercial de Maidiguri causó más de 70 muertos y cientos de heridos. Un día después, los radicales arrasaron la aldea de Jakana, a 12 kilómetros de distancia. Asesinaron a treinta de sus habitantes, incluidas catorce mujeres y ocho niños.
Una de las niñas secuestradas en Nigeria por Boko Haram que logró escapar de sus captores ha contado que las rehenes más jóvenes sufrían hasta 15 violaciones al día, según el portal nigeriano The Trent. Esta menor, una de las decenas de escolares que fueron secuestradas el pasado 14 de abril en una escuela de Chibok, al noreste de Nigeria, ha asegurado que, debido a su virginidad, fue entregada como esposa a uno de los líderes de la milicia.
De acuerdo con su testimonio, los secuestradores obligaron a las menores a convertirse al islam, y las amenazaron con degollarlas si se negaban a tener sexo o no seguían sus instrucciones. Tras ser raptadas en el colegio, esta y las otras niñas fueron llevadas a un campo de la milicia integrista en el bosque de Sambisa, en el estado norteño de Borno, base espiritual y de operaciones del grupo.
Según colectivos de defensa de los derechos humanos, las menores fueron obligadas a casarse y, en algunos casos, los secuestradores las vendieron como esposas por 2.000 nairas cada una (menos de 10 euros). Instituciones como la ONU y personalidades como el premio nobel de Literatura nigeriano Wole Soyinka han pedido la liberación de las niñas, una reivindicación a la que se han sumado campañas por internet y manifestaciones en las calles de varias ciudades del mundo.
Sembrar la muerte por 200 dólares
Cuentan los nigerianos que Boko Haram nació en Maidiguri, en 2002, como un movimiento religioso que defendía una visión integrista del islam en todos los aspectos de la vida y en contra de los «valores» de Occidente. “Intentaban convencernos de que con la educación occidental perdíamos nuestros valores musulmanes”, explicó a este diario Zafir, de 27 años. “Incluso –dice– esperaban en la puerta de los colegios, nos obligaban a darles el certificado escolar y lo quemaban allí mismo”.
Por aquella época, muchos jóvenes sin oficio ni beneficio se unieron al movimiento liderado por el clérigo radical Yusuf, que predicaba la implantación de un emirato islámico en el norte de Nigeria. Los milicianos de Boko Haram campaban a sus anchas con un fusil en el hombro, tomándose la justicia por su mano a cambio de unos miserables 200 dólares.
Tras la muerte en 2009 del predicador Yusuf (se cree que a manos de la Policía), sus seguidores juraron venganza e iniciaron una violenta campaña contra las fuerzas de seguridad. Desde entonces viven fugitivos en los bosques del estado de Borno. Sus ataques se han vuelto más sanguinarios desde principio de año, cuando el presidente Jonathan presumió de estar ganando la batalla contra los integristas.
14/06/2022
1 Comment
Rubén Torres
2 años agoEstá claro que esas cosas suceden cuando la gente está hasta las narices de estar en la miseria.
Una vez más el hábito de equivocarse en las urnas trae nefastas consecuencias.