Por Jhon Barros
Este refugio para animales rescatados del tráfico ilegal, ubicado en Cota, Cundinamarca, se quedó sin recursos para comprar alimentos y medicinas para los animales porque no recibe visitantes tras el confinamiento por el covid-19. Requieren donaciones, mercados y productos de desinfección.
2020/03/26
Águilas, tigrillos y coatíes necesitan ayuda. Fotos: Bioparque La Reserva y Mauricio Sánchez.
Desde hace 12 años, el Bioparque La Reserva, un pulmón de 26 hectáreas ubicado en una zona montañosa del municipio de Cota en Cundinamarca, recibe animales que han sido víctimas del tráfico de fauna silvestre para darles una nueva oportunidad de vida.
Los cerca de 150 animales silvestres que allí habitan no están encerrados. Caminan libres y se comportan como si estuvieran en su hábitat natural por las cinco zonas adaptadas a ecosistemas emblemáticos del país como los bosques andino, seco tropical, húmedo tropical y alto andino, y los humedales.
En cada una de estas representaciones ecosistémicas viven varios animales insignias de Colombia, como águilas arpías en el bosque alto andino, tortugas charapa en el bosque seco tropical y garzas en los humedales. Los visitantes aprecian la fauna en libertad mientras caminan por estos espacios y son sensibilizados por educadores ambientales.
En el Bioparque La Reserva nació la primera cría de coatí de montaña en cautiverio en Colombia. Foto: Mauricio Sánchez.
“La Reserva no es un zoológico, es un lugar donde se reúnen los diversos componentes del ambiente en un solo lugar: la parte inerte, como suelo, agua y clima, con plantas, animales y personas. Además, hacemos una educación ambiental diferente, ya que todos interactúan y caminan entre los ecosistemas, guiados siempre por expertos”, dice Iván Lozano, director del bioparque.
El sitio también cuenta con un centro de conservación de aves rapaces, un auditorio temático de educación ambiental, una huerta, una zona para animales traficados a nivel internacional y varias áreas para el proceso de rehabilitación. Hace parte de la Fundación Bioparque La Reserva, que maneja programas y proyectos de conservación y educación ambiental.
“Ningún animal del bioparque ha sido extraído de su hábitat. Algunos nacieron en cautiverio y su mayoría son fruto de los decomisos. Muchos llegan en mal estado físico o con hábitos alimenticios que no corresponden a su especie, por lo cual no pueden volver a la libertad. EL bioparque les ofrece una vida digna cercana a la naturaleza”, enfatiza Lozano.
Las águilas rapaces son uno de los mayores atractivos del Bioparque La Reserva. Foto: Tobias Czeikowitz.
Crisis en la cuarentena
Especies como el búho, rana dorada venenosa, tarántula, lagarto cola de dragón, guacamaya, alcaraván, lechuza, mariposa monarca, carpintero real, lora gavilana, atrapamoscas, mochilero, pato silvestre, azulejo, lora cabecirroja, águilas iguanera, solitaria y arpía, garza real, guaco, pellar, tigrillo y coatí de montaña, peligran por el confinamiento obligatorio para evitar el contagio por coronavirus, que por ahora irá hasta el 13 de abril.
Debido al cierre preventivo del bioparque, que arrancó el pasado miércoles 18 de marzo, el lugar se quedó sin su único ingreso económico para adquirir los alimentos y medicamentos de los animales y pagar a los sueldos de las 30 personas que allí trabajan: la entrada que pagan las cerca de 2.500 personas que lo visitan en promedio cada mes.
Un tigrillo víctima del tráfico ilegal de fauna es uno de los habitantes del Bioparque La Reserva. Foto: Mauricio Sánchez.
“El bioparque o parque temático es el proyecto más importante de la fundación, que además de fomentar la educación y conservación de la biodiversidad, es el que más requiere inversión económica. Al mes requerimos como mínimo de 70 millones de pesos para atender a los animales y el pago de nómina, recursos que provienen exclusivamente del pago de nuestros visitantes. Al cerrar el sitio, se cierran totalmente los ingresos. Las donaciones son muy esporádicas”, asegura Lozano.
Los ahorros para el funcionamiento del bioparque están casi en ceros. “Los recursos que teníamos prácticamente se acabaron durante la primera semana del cierre. Los dos fundadores del bioparque hemos puesto plata para pagar ciertas cosas urgentes y compromisos ya adquiridos. La situación es insostenible, enfrentamos graves problemas por la situación actual del país”.
Sin el dinero de las entradas, la fundación no dará a basto para pagar los costes de funcionamiento, como pago semanal de mercados, insumos comunes y especializados (vitaminas, minerales y suplementos importados), el sueldo quincenal del personal que atiende la colección, del administrativo y de seguridad que vigila el bioparque, además de los recibos de servicios públicos y los impuestos.
Los ahorros para comprar los alimentos para los animales del bioparque se están acabando. Foto: Tobias Czeikowitz.
“Como nuestra misión es educar a un nivel elevado, contamos con especialistas con alto grado de conocimiento en temas relacionados con la conservación, como veterinarios, biólogos, zootectivas, ingenieros ambientales y agropecuarios y licenciados en biología, además de administradores de empresas, ingenieros, publicistas y abogados”, menciona Lozano.
El bioparque no quiere llegar a prescindir del personal o proponerles a sus trabajadores tomar una licencia no remunerada. “En cuanto a los animales, como no contamos con especies exóticas como tigres o leones, los costos de manutención son menores. Sin embargo, ya estamos acorralados financieramente”.
La alimentación de los animales del bioparque peligra por la cuarentena. Foto: Alejandra Hernández.
Ayudas urgentes
Lozano hace un llamado de urgencia para que los animales y trabajadores del bioparque no queden desamparados durante la cuarentena. Por eso, a través de las redes sociales, circula una campaña virtual para pedir ayudas económicas y en especie.
Este SOS abarca el apoyo de la ciudadanía a través de donaciones económicas, que pueden ir desde los 10.000 pesos, para ayudar a mantener con vida al parque temático. “Pueden donar ingresando en el siguiente enlace (https://www.bioparquelareserva.com/donaciones) o por medio de nuestra cuenta de ahorros en Davivienda 0550451700042331, con el nombre de la cuenta fundación bioparque La Reserva”.
Las donaciones en especie, como frutas y carnes, tienen algunas condicionadas. “No podemos sobrepasar nuestra carga de almacenamiento porque se perderían los alimentos. Además, el tipo de insumo debe estar dentro de la dieta de los animales, ya que a todos no comen lo mismo. No suministrales a todos pitaya, por ejemplo, y mucho menos recibir comida vencida. Contamos con una lista de alimentos e insumos que se la podemos enviar a las personas que estén interesadas en ayudarnos”.