Las cremas autobronceadoras pueden provocar cáncer de piel

El cáncer de piel, mayoritariamente causado por exposiciones prolongadas al sol, lleva a la muerte cada año a más personas, especialmente a causa de la disminución de la capa de ozono. El problema es grave y va en aumento pero nuestras autoridades sanitarias no parecen ser conscientes porque no vemos que se desarrolle campaña informativa alguna al respecto, en especial en estas fechas

El cáncer de piel no se debe exclusivamente al efecto nocivo del sol. También intervienen otros factores. Pero ello no impide que el astro rey sea la causa mayoritaria del mismo. Y, en ese sentido, conviene saber algunas cosas importantes.

La primera, que la disminución de la capa de ozono hace que los rayos solares incidan de una manera mucho más directa en la piel y, por tanto, el nivel de radiación que recibimos sea muy superior al de hace algunos años. Deberíamos concienciarnos de ello y entender que la situación no es ya la misma que hace sólo una década. Por tanto, lo que antes estaba permitido porque no había riesgo hoy puede no ser así. Especialmente en los países más cercanos a los polos y, entre estos, preferentemente el sur. Los casos de animales y personas que han quedado ciegos a causa del sol en el sur de Chile y Argentina, por ejemplo, es conocido. Al punto de que las autoridades se plantearon evacuar grandes zonas.

Por tanto, nuestro consejo inicial es que no tome nunca el sol más de una hora diaria entre las 12 del mediodía y las cinco de la tarde. El resto del tiempo hágalo antes o después. En segundo lugar, utilice cremas solares con índices de protección altos ya que, aunque no evitan las radiaciones, las frenan. En tercero, no use esas cremas solares que intensifican el bronceado provocando una mayor producción de melanina de forma acelerada ya que produce un desajuste celular. Desajuste que, si luego abusa del sol, le puede llevar al cáncer de piel. Y, en cuarto lugar, no use autobronceadores -bronceadores sin sol- por esa misma razón. Estas últimas, además, crean una capa artificial que impide que la piel transpire.

Recuerde también que el cáncer de piel no tiene por qué desarrollarse de inmediato. Uno puede tomar demasiado el sol de niño de manera no adecuada y desarrollar el cáncer siendo ya adulto.

Obviamente, el tipo y calidad de la piel es importante. Y en eso ni todas las razas ni todas las personas de la misma raza tienen el mismo riesgo. Pero puede decirse que, en términos generales, las pieles más oscuras aguantan mejor el sol.

Y, por último, sepa que la alimentación es importante como preventivo. En ese sentido, procure tomar mucha verdura y fruta sin olvidarse de beber mucha agua. Es importante estar bien surtido en verano de vitaminas como la C, E y la K.

HABLANDO CON EL ESPECIALISTA

Dicho esto, hemos querido hablar con uno de los mayores expertos en cáncer de piel de España. Especialmente, a fin de comentar con él en qué consiste la enfermedad y las noticias más recientes sobre esta dolencia, ambas procedentes de Gran Bretaña y que los lectores pueden leer en sendos recuadros.

Dermatólogo del Hospital Gregorio Marañón, de Madrid, el doctor Celso Bueno es actualmente el responsable de la Unidad de Tumores Pigmentarios y, así pues, persona idónea para hablarnos de los últimos avances sobre el tratamiento de cáncer de piel.

Dígame, doctor: ¿qué es el cáncer de piel?

-En primer lugar, hay que aclarar que no todos los tumores malignos de la piel son lo mismo. Es muy distinto que se trate de un epitelioma o de un melanoma. El primer grupo se deriva de la capa muy distinto que se trate de un epitelioma o de un melanoma. El primer grupo se deriva de la capa superficial de la piel y de ahí su nombre; sin embargo, los melanomas se desarrollan a partir de las células productoras de melanina -el pigmento de la piel- y, al encontrarse en capas más profundas, tienen más facilidad para diseminarse por el resto del organismo.

Los epiteliomas suelen ser tumores que se desarrollan localmente, lo que es importante a la hora de plantear el tratamiento, que habitualmente es quirúrgico.

En el caso de los melanomas el problema es precisamente la facilidad que tienen para diseminarse a través del organismo a través del sistema linfático, lo que lo hace sumamente agresivo y plantea serios problemas a la hora de tratarlo.

Hablemos de los tratamientos. Últimamente se habla de los grandes avances de la terapia genética y de la fotodinámica. ¿Qué nos podría decir al respecto?

-La fotodinámica está aún prácticamente en embrión. Posiblemente pueda llegar a ser, una vez perfeccionada, un tratamiento auxiliar adecuado pero siempre aplicable a tumores superficiales.

Hoy el tratamiento actual adecuado de esos tumores es el quirúrgico, bien con cirugía convencional, bien con láser. Lo que, en general, basta para resolver la mayor de los epiteliomas.

En cuanto a los melanomas, la terapia genética es una esperanza a largo plazo. Desde que se inició el estudio del genoma humano se delimitan todos los días nuevos genes relacionados con el desarrollo de determinados tumores. El problema es que nunca está implicado un solo gen en la producción de cualquier cáncer y los estudios de tratamiento práctico aún deben ampliarse mucho.

Uno de los avances importantes es la posibilidad de anticiparse a las metástasis -el grave problema de los melanomas- a través de los estudios del llamado «ganglio centinela», de los que este hospital es pionero a través de la Unidad Multidisciplinar de Tumores Melánicos que funciona hace ya algún tiempo.

Con técnicas muy sofisticadas de Medicina Nuclear conseguimos determinar el ganglio o grupo de ganglios linfáticos por el que pueden emigrar las células tumorales de un melanoma para colonizar órganos o tejidos a distancia -lo que se llama una metástasis- antes de que esa emigración se produzca.

Una vez determinado, se extirpa el ganglio y se estudia para averiguar si tiene células tumorales en su interior, lo que permite adelantarse a la diseminación del tumor.

Esta técnica se está empezando a aplicar en otros tipos de cánceres -como el de tiroides- y constituye un avance práctico de primer orden.

En la actualidad los tratamientos que se están aplicando en todo el mundo siguen siendo los clásicos: cirugía, radioterapia y quimioterapia. Claro que las técnicas están avanzando mucho y cada vez tenemos mejores resultados.

-Y dígame, ¿la exposición excesiva al sol favorece realmente el cáncer de piel?

-Evidentemente, hay una relación directa. La exposición excesiva al sol es un factor desencadenante aunque existen factores genéticos que predisponen a padecerlo. De hecho, hay lesiones claramente precancerosas, como son la queratosis actínicas, que son lesiones producidas por las quemaduras solares y que, si no tratan, acaban siempre por desarrollar un cáncer.

¿Y qué papel tienen las cremas protectoras en la prevención del cáncer de piel? Últimamente se ha dicho, incluso, que alguno de sus componentes puede favorecer la aparición de tumores.

-Es verdad. Se ha comprobado que el uso de factores químicos de protección solar puede irritar la piel y favorecer la aparición de sensibilizaciones en ella que pueden acabar degenerando como consecuencia de la radiación solar. Por eso se tiende cada vez más a sustituir esos factores químicos por factores físicos de protección que son, sencillamente, sustancias opacas. Porque resulta mucho más cancerígena una exposición fuerte y corta al sol que la toma gradual. Es decir, que una exposición corta sin protección puede ser mucho más peligrosa que una alta toma de sol a lo largo de la vida.

Por eso es más frecuente el cáncer de piel entre los nórdicos de piel blanca y poca producción de melanina.

Andrés Rodríguez-Alarcón

Recuadro:

DESCUBRIMIENTO GENÉTICO CONTRA EL CÁNCER DE PIEL

Investigadores de la Brunel University británica han descubierto dos nuevos genes supresores de tumores que frenan al cáncer maligno de piel, enfermedad de la que mueren en el Reino Unido 1.500 personas al año. Los genes supresores de tumores (GTS) son importantes para controlar el crecimiento de las células ya que contribuyen a evitar que se multipliquen sin control y se vuelvan cancerosas. Uno de ellos, el P16, impide el crecimiento de las células del melanoma maligno, la forma más agresiva de cáncer de piel. Los científicos hicieron este descubrimiento al transferir grupos de genes sanos directamente a las células del melanoma y, en ese momento, identificaron otros dos GTS que suponían un freno radical al desarrollo del cáncer.

Estos descubrimientos -realizados por un equipo dirigido por el profesor Robert Newbold– se han publicado recientemente en la revista Cáncer Research. Los expertos opinan que podrían llevar al desarrollo de nuevos medicamentos para el tratamiento del cáncer de piel. Según el profesor Newbold, «ahora sabemos que introduciendo estos genes en las células cancerosas se impide el desarrollo del melanoma maligno. Y esto es sólo el principio pues todavía no sabemos cómo actúan los genes. Cuando sepamos más sobre su actuación tendremos la posibilidad de desarrollar nuevos medicamentos contra el melanoma».

La investigación está financiada por la Cáncer Research Campaign y la Association for International Cáncer Research. El director general de la primera, Gordon McVie, ha declarado: «Estos trabajos son un ejemplo más de cómo la terapia genética puede contribuir a curar el cáncer sin destruir las células sanas. Por el momento, funciona en el laboratorio. El verdadero reto es saber cómo funciona con los pacientes y en eso vamos a tardar todavía algunos años».

UNA LÁMPARA PUEDE CONTRIBUIR A CURAR EL CÁNCER DE PIEL

Los enfermos de cáncer de piel tienen una nueva esperanza: un tratamiento revolucionario que se efectúa con una lámpara inventada por el científico británico Colin Whitehurst, de Manchester. La «terapia fotodinámica» -como ha sido bautizada- puede resultar al menos tan eficaz como los tratamientos convencionales contra el cáncer de piel sólo que es mucho más rápida, barata, menos dolorosa y más fácil de usar.

Por ahora la lámpara se utiliza en el tratamiento del cáncer de piel en sus primeras fases, lo que representa el 95% de los 50.000 nuevos casos que se dan cada año en el Reino Unido. El cáncer de piel es el más extendido de todos y el número de afectados aumenta rápidamente. El doctor Whitehurst, de 38 años, trabaja en uno de los hospitales más importantes de Europa en la investigación contra el cáncer, el Christie de Manchester, y ha tardado más de cinco años en desarrollar su lámpara.

«La hemos sometido a muchas pruebas y hemos convertido el tratamiento en un arte», explica el doctor. «Somos -añadió-uno de los muchos centros del país que tratan el cáncer de pie! aunque tradicionalmente utilizábamos radioterapia y quimioterapia, como todos. Pero ahora utilizamos la terapia fotodinámica (TFD), un importante paso con el que hasta ahora hemos tenido muchos éxitos».

La lámpara se utiliza con una crema sensible a la luz que se aplica sobre las zonas cancerosas de la piel varias horas antes del tratamiento. La crema contiene un producto natural llamado ácido aminolevulínico (5-ALA) que el cuerpo humano convierte en protoporfirina, una sustancia que no es dañina cuando es absorbida por la piel sana. Pero cuando se dirige la luz de la nueva lámpara -parecida a un rayo láser- sobre la zona cubierta por la crema, la protoporfirina mata las células cancerosas… pero también las sanas. Problema que, según el doctor Whitehurst, es pasajero porque las células sanas se reproducen inmediatamente: «Eso es lo sorprendente. Con los tratamientos tradicionales el tejido de la piel se cae formando escamas pero el nuestro es un tratamiento natural. La piel no se protege formando escamas sino que forma una especie de costra bajo la cual se sigue regenerando. Cuando los pacientes vuelven para la revisión, tenemos que recurrir a las fotos para saber cuál era la parte de piel afectada».

Otra diferencia del tratamiento con los convencionales es que los pacientes son tratados en régimen ambulatorio, no requieren inyecciones ni cirugía y se alcanzan buenos resultados con menos sesiones. Los avances conseguidos hacen que se puedan tratar cánceres más profundos que al principio. El coste por paciente es también muy inferior: la crema cuesta unas 2.000 ptas (12€). y la lámpara alrededor de los dos millones de pesetas (12.000€).

Los expertos opinan que, como consecuencia de las actuales investigaciones, se podría aplicar esta terapia incluso al cáncer de matriz o de hígado y a otros problemas de la piel como la psoriasis.

https://www.dsalud.com/reportaje/las-cremas-autobronceadoras-pueden-provocar-cancer-de-piel/

Fuente; Revista Discovery Salud. Número 7-Julio-Agosto 1999

14/04/2022