Mientras los tapabocas, los guantes y otros utensilios aumentan los volúmenes de desechos en el mundo, en el Congreso de Colombia se hundió el proyecto que buscaba prohibir los plásticos de un solo uso. Se presentará una nueva iniciativa en la próxima legislatura.
Los guantes y tapabocas están incrementando la cantidad de plástico que termina afectando los ecosistemas y el medio ambiente. Foto: Pixabay
El plástico de un solo uso, al que el mundo había declarado la guerra, recobró fuerza a raíz del coronavirus, para desgracia del medio ambiente, que se ve gravemente impactado por esta problemática. Y si bien se le ha tratado de poner freno, sigue causando enormes daños a los ecosistemas.
Mientras eso sucede a lo largo y ancho del planeta, en Colombia se hundió el proyecto que cursaba en el Congreso para prohibir el plástico de un solo uso, según lo confirmó, Juan Carlos Losada, representante a la Cámara y autor de la iniciativa. El parlamentario dijo que volverá a presentarlo el 20 de julio para que sea debatida en la próxima legislatura.
Al nuevo proyecto se le incluirán una serie de modificaciones producto de las audiencias realizadas para ajustar el que había sido aprobado en primer debate en la Comisión Quinta de la Cámara de Representantes, el año pasado.
Losada insistió en que este es un proyecto urgente, pues se requiere ponerle freno al consumo de este tipo de productos que tanto impacto causan en el medio ambiente y que se ha disparado por cuenta de la pandemia. Aclaró que no se ha retirado como de manera errónea se dijo la semana anterior sino que se hundió porque los tiempos no dieron para que fuera debatido en planaria de esta corporación.
Para el 2030 Colombia planea ser un país capaz de prevenir los impactos negativos causados por los residuos de plásticos y microplásticos sobre todos los ecosistemas, al realizar una gestión sostenible del plástico.
Esa es la apuesta que tiene el gobierno, que contempla para el próximo año la expedición de un proyecto de ley para la sustitución gradual de materiales como mezcladores, soportes plásticos para las bombas de inflar, pitillos para las bebidas, copitos de algodón o hisopos flexibles con puntas de algodón.
Sin embargo, para Losada esta es una iniciativa que se queda corta, porque los productos que incluye no se compadecen con todos los materiales plásticos de un solo uso que realmente se utilizan en el país y que causan grandes volúmenes de desechos como es el caso de platos, vasos, tenedores y bolsas, entre muchos otros.
Con el coronavirus, el tema de los materiales plásticos se ha acentuado. No es difícil ver en las calles o en otras áreas, tapabocas, guantes y otros productos que se utilizan una vez y se desechan. Sin embargo, estos solo representan una pequeña parte de la industria del plástico, en crecimiento constante.
Silvia Gómez, directora de Greenpeace Colombia, dijo recientemente que «por la pandemia todo se volvió desechable, el riesgo es que ahora el planeta se llene de productos de este tipo. No hay una solución general, pero sí que cada uno sea consciente». Agregó que informarse mejor, reciclar, disminuir el consumo de domicilios ayudan a disminuir la contaminación que generan los plásticos.
Cambio en políticas mundiales
De acuerdo con la agencia AFP, en el nuevo mundo, las mascarillas, viseras y guantes son los accesorios de moda. Muchas personas para desarrollar su trabajo utilizan blusas desechables, la ONU recomienda a las compañías aéreas cubrir sus platos de comida con láminas de plástico transparente y en las residencias de ancianos se utilizan pantallas protectoras del mismo material durante las visitas.
Es urgente tomar acciones que ayuden a reducir el consumo de plástico de un solo uso. Foto: Pixabay
California, por ejemplo, levantó la prohibición de utilizar bolsas de un solo uso durante dos meses y en Arabia Saudita algunos supermercados imponen a sus clientes el uso de guantes desechables.
En Estados Unidos, la Plastics Industry Association pidió el pasado 20 de marzo que su actividad se considerara «esencial» en tiempos de confinamiento. «El plástico de un solo uso es una cuestión de vida o muerte» en los hospitales, escribió Tony Radoszewski, presidente de ese grupo de presión, que alabó también el rol de las bolsas de un solo uso «para proteger a los empleados del supermercado y a los consumidores».
«Para fines médicos, no hay nada mejor que el uso único. Pero quieren que creamos que es una respuesta para el consumo diario. Es un grupo de presión. Lo reutilizable no plantea un problema de salud», insiste Raphaël Guastavi, de la Agencia Francesa de Gestión de la Energía (Ademe), que ve con buenos ojos que «los representantes europeos no quieren ceder» a la presión, dice AFP.
Tiempos difíciles para reciclar
Este período es menos favorable para el plástico reciclado. La Unión Europea tiene como objetivo que en 2025 las botellas de plástico sean fabricadas en un 25% con materiales reciclados y 30% en 2030.
«La covid no pone en duda la estrategia de avanzar hacia una economía circular y más reciclable», dice Eric Quenet de la federación PlasticsEurope. Pero la caída de los precios del petróleo, a lo que se suma una reducción de la demanda, podría pesar en el reciclaje. Mientras que el precio del plástico virgen ha bajado significativamente.
Anualmente se producen unos 350 millones de toneladas de plásticos en todo el mundo, principalmente en Asia (50%), América del Norte (19%) y Europa (16%), con un crecimiento moderado pero constante de la producción.
1/10/2020
1 Comment
Rubén Torres
11 meses agoPor lo que leído, en Colombia también les ocurre como aquí, en España. La falta educación y sensibilización por no arrojar la basura al suelo o al mar no surten el efecto esperado. Los ayuntamientos han distribuido miles de contenedores por todo el país. No queda otra que tomar decisiones más contundentes. Lo peor es que la tendencia es de ir en aumento si no hacemos algo con nuestros presidentes.
Como ocurre ante cualquier otro problema, lo primero que se debe hacer es encontrar el origen, después buscar las posibles soluciones. En la mayoría de los casos tienen un origen común; la gente con el poder de decidir qué se hace o no. Los alcaldes, ministros y gobernadores incompetentes son los que lo deciden todo. Todos ellos ya han demostrado lo que saben hacer (empeorar los problemas en vez de solucionarlos), es hora que los reemplacen los que sí saben lo que se debe hacer.
Por desgracia, la creencia popular y arraigada de creer que la democracia es la solución, paraliza cualquier posibilidad de mejorar cualquier problema. Unos votantes neófitos son muy perjudícales para cambiar a los dirigentes ineptos. Llevamos décadas con la democracia y los problemas se agravan día a día. La solución es una dictadura dirigida por personas resolutivas competentes.
El plástico ha contribuido muchísimo en hacernos la vida más fácil. El problema no es cómo gestionarlo ni cómo eliminarlo. Se puede reciclar muchas veces, se puede extraer combustible de él y se puede destruir definitivamente con hornos especiales. Pero para eso se tiene que tener voluntad de querer hacerlo. El problema está en las personas que le importa un bledo el medioambiente, no lo reciclan, o lo vierten en el contenedor incorrecto o lo lanzan al suelo directamente, que cuando coincide con las lluvias el agua los arrastra y van a parar al mar.
Quizá si la gente en vez de verlo como un residuo que hay que desprenderse de él lo viese como un potencial negocio no lo tiraría y, con suerte recogería los que los demás han tirado. Como he mencionado antes, se puede convertir en combustible. Existe una máquina que lo convierte en tres tipos de combustibles; gasolina, gasoil y queroseno. Para ello posee un selector. Aproximadamente se consigue un litro por cada kilo de plástico. También se debe permitir la venta de esos combustibles. De esta forma se generaría empleo a los desempleados. Si esto no los convence habrá que tomar medidas más contundentes, una sanción de 100 pesos por cada gramo de plástico que no se coloque dentro del contenedor amarillo. Por supuesto los ayuntamientos deben distribuir suficientes contenedores como para facilitar el reciclaje a los ciudadanos.
Felicito a todos los voluntarios que hayan colaborado en la limpieza de los mares, pero lo encuentro injusto. Habiendo tantos cerdos y tanta gente en prisión viviendo del cuento, y tanta gente que tiene deudas con el estado, y como se han declarado insolventes se libran de pagar, pues todos ellos deberían ser los que se encargaran de recoger toda esa basura, tanto en tierra como en los ríos y en las playas. A los que están cumpliendo condena se podría conmutar las penas por trabajo, por ejemplo; 5 días trabajados por tres días de permiso para que puedan visitar a sus seres queridos.