Inocencia robada
La popularidad de los perezosos no ha dejado de crecer estos últimos años, son tiernos, se mueven muy muy despacio, son pacíficos y amables y aparentan tener siempre una enorme sonrisa. Y es precisamente esta popularidad la que se ha convertido en una nueva amenaza para su ya delicada situación.
Dos de las seis especies de perezosos ocupan un lugar destacado en la Lista Roja de animales en peligro de la UICN. Y algunas especies como el pigmeo de tres dedos apenas cuentan con 79 ejemplares viviendo en libertad, lo que les convierte en uno de los mamíferos más amenazados del Planeta.
Las poblaciones de perezoso están fuertemente amenazadas por la deforestación y la degradación de su hábitat, a las que se les ha sumado un tráfico de especies cada día más agresivo y descontrolado. Solo en Colombia y Brasil decenas de miles de perezosos ya habían sido capturados y vendidos antes de 2015.
Las crías son capturadas, separadas de sus madres (que habitualmente son asesinadas) para ser vendidas como mascotas, por lo que se les suelen arrancar los dientes y cortar las uñas (a veces con tanta brusquedad que les amputan las puntas de los dedos). Se estima que hasta el 80% / 90% de las crías de perezoso traficadas por furtivos mueren durante el proceso.
Desde hace años, WWF trabaja con comunidades locales, gobiernos y compañías para proteger los bosques tropicales, el hogar de los perezosos y perseguimos y combatimos el tráfico ilegal de especies que tantas vidas se cobra.
¡Firma para ayudarnos a luchar contra el tráfico de especies!
25/12/2024
1 Comment
Rubén Torres
2 semanas agoCada cierto tiempo las organizaciones ecologistas pides ayuda económica para salvar especies que están en peligro de extinción. Lo cierto que su labor es muy loable, pero por desgracia es una batalla inútil. Pues como cualquier problema socioeconómico o medioambiental se debe empezar por buscar el origen del mismo. De nada sirven los paliativos.
Desde hace varias décadas descubrí que la mayoría de esos problemas provienes de la codicia o de la necesidad del dinero. Pues basta con eliminar ese elemento y los traficantes de animales verán que no tiene ningún sentido capturarlos. (Así lo expliqué en mi artículo el nuevo orden mundial)