Lo que usas para limpiar

Nos han vendido la obsesión por la limpieza. Nos han vendido las pastas de dientes con flúor, un tipo de jabón para cada cosa, colonias y perfumes exagerados, desinfectantes tóxicos, químicos contaminantes para nuestra casa… Nos han vendido cantidad de cosas, y las metemos todas en nuestro hogar, creando un ambiente tóxico y contaminante. A veces, peor que el propio aire de la calle en una ciudad, como han descubierto algunos estudios científicos. (en inglés)

Es muy sencillo, no necesitamos tantas cosas.

Si llevamos una vida limpia por dentro, no necesitaremos limpiar por fuera constantemente.

En nuestra casa se usa una pastilla de jabón natural para la ducha, vinagre de limpieza para toda la casa y jabón natural de lavanda para la ropa (que rellenamos con nuestro recipiente en la tienda ecológica donde compramos).

A menudo no uso pasta de dientes porque no es necesaria, puedes hacerla tú de esta forma. Y si además usas un cepillo de dientes de bambú, ya no estarás usando este utensilio de plástico que es de lo que más abunda en lugares llenos de basura.

La lista continúa, pero creo que se entiende. Que no te vendan un producto contaminante en un recipiente de plástico para cada tarea de la casa. Esto es una moda absurda y con fines económicos del mundo moderno.

Lo que tiramos

Este es el tema que quizá más nos remueve, porque estamos llenando el planeta de basura. En el mundo rico, por consumir demasiado, y en el tercer mundo, por no tener modo de tratar los desechos más que tirándolos a la naturaleza o al mar.

Desde hace tiempo que decido no comprar algo si trae un envase absurdo. ¿Frutas en plásticos? ¿Verduras en plásticos? ¿100 gramos de frutos secos en plásticos? ¿100 gramos de lechuga en una bolsa de plástico? Es absurdo, sobre todo si no es una situación excepcional, sino en el día a día.

”Iban a los supermercados, donde solo hacían negocio con la comida y, en cualquier pasillo, encontrabas un mar de plástico. Toda la comida, muy procesada para durar meses o años allí, estaba envuelta en plástico. Era imposible comprar algo sin plástico, así que la gente se daba por vencida”.

Pero ya no.

Hay gente tan harta de tener que comprar plástico y envases, que prácticamente en cualquier ciudad puedes encontrar un establecimiento donde venden todo a granel.

Así lo hacemos nosotros. Salimos de casa ”armados” con:

  • Nuestras bolsas grandes reusables.
  • Bolsas de tela para el arroz y las legumbres, la fruta y los frutos secos.
  • Cartones para los huevos.
  • Recipientes de plástico para el jabón de la lavadora.

Compramos pastillas de jabón natural que no necesitan envoltorios… Aun así, como digo, es muy complicado salirse 100% del ”esquema creado”, pero todo producto con plástico que dejes de comprar, es motivo de celebración y una victoria.

¡Solamente hay que volver a lo que se ha hecho durante miles de años!

Y hacer el vacío a los lobbies de los envases por no querer reconducir su negocio a otras alternativas que ya tenemos.

Pero no son solo envases. Mi amigo Ricardo Badía, doctor Ingeniero Agrónomo, acaba de publicar un artículo muy interesante sobre la locura impensable del desperdicio de alimentos.

¡Se desperdicia el 30% de toda la producción de alimentos a nivel global! Y el 40% en EEUU.

”Eran tan ineficientes, que millones de personas pasaban hambre, y sin embargo, casi la mitad de comida que se producía en algunos países se tiraba a la basura”.

Es tan grave este tema, que el desperdicio de alimentos es la tercera fuente emisora de CO2 a nivel mundial. Echa un ojo al artículo anterior porque realmente es increíble que hagamos estas cosas.

En casa intentamos comprar el menor número posible de artículos con material desechable. Pero cuando ocurre, reciclamos todo (último recurso) o creamos compost como este con toda la materia orgánica.

”Además, sus residuos corporales como heces u orina, eran depositados en retretes húmedos, que mezclaban grandes cantidades de agua potable junto con todo aquello, y además con productos químicos de limpieza, lo cual creaba una mezcla muy difícil de deshacer, por lo que muchos sistemas de depuración eran ineficientes y el agua acababa en el mar de nuevo, contaminando ríos y lagos a su paso, matando así la tierra y los animales que se encontraban en el camino”.

Parece realmente que todo esté hecho al revés en nuestras casas: no se aprovecha el agua de la lluvia, no se recolecta la energía solar, no hay apenas eficiencia en la construcción (arquitectura bioclimática ya), no se usan los desperdicios orgánicos para producir energía, no se usan retretes secos o fosas sépticas… Nuestro amigo Ismael Villaseñor nos envió un documental hecho por él sobre esta temática.

Y la lista continúa. Vivimos en casas de la edad de piedra, pensando que somos muy modernos.

Respecto a esto tengo un proyecto grande en mente, así que espero poder llevarlo a cabo en los siguientes años. Poco a poco, con paciencia, pero con mucha determinación.

Como te mueves

Recuerdo que cuando comencé a tener que usar mi coche a diario, y me hice consciente de lo que eso suponía para el planeta, quise comprarme un vehículo eléctrico aunque fuese muy pequeño. Después averigüé la huella ecológica que las baterías y el resto de materiales dejan (además de lo caros que eran todavía) y concluí: lo más ecológico sin ninguna duda, es realmente no necesitar un transporte diario.

Así que trabajé durante años para construir el proyecto que ahora nos permite dedicarnos a mí y a 12 personas más 100% a esto, desde casa, sin tener que usar ningún medio de transporte.

No todos pueden optar a esto ahora, ¿pero por qué no trabajar para ello? ¿por qué no insistir en tu oficina que podrías hacer prácticamente todo (o todo) desde casa? Sé que en muchos puestos de trabajo no es posible, pero en millones sí.

Y si en tu caso no es posible, ¿por qué no hablar con tus compañeros y compartir coche? ¿por qué no buscar transporte público? ¿puedes ir en bici o andando?

”Vivían en una punta de la ciudad, y se levantaban antes de que saliera el sol para montar en un coche que quemaba petróleo y soltaba humo tóxico, para ir hasta la otra punta de la ciudad donde trabajaban. Pero como millones de ellos tenían esta costumbre tan ineficiente, dedicaban horas al día a ello en grandes atascos, lo cual les hacía no poder invertir su tiempo eficientemente. Se enfadaban, gastaban sus recursos en este trayecto, contaminaban…”

Pero no solo el coche. El avión es uno de los medios más contaminantes. ¿Sabías que un vuelo de 2-3 horas equivale a usar un coche a diario durante 3 meses?

Te invito a que eches un vistazo a este calculador de emisiones de CO2 y te llevarás más de una sorpresa.

En Alemania están planteándose restringir el número de vuelos anuales por habitante.

En mi caso, soy cada vez más consciente de esto, y aunque uso mi coche (pequeño y que gasta poco) una vez o dos a la semana normalmente, y para trayectos de 10 minutos, he restringido el uso del avión para únicamente viajes con propósito.

En viajes como el de Islandia, donde disfrutamos mucho de la experiencia, grabé todos los planos de naturaleza que pudiste ver en el vídeo Podríamos vivir en el paraíso. También grabé un curso completo de fotografía, varios tutoriales y más materiales. Para mí, o el viaje tiene sentido vital y aporta a los demás, o prefiero quedarme en casa descansando, ir a la montaña o a la playa.

Viajar se ha banalizado y, para mí, es imprescindible viajar con propósito. Hacer un uso consciente de todos esos recursos que estoy consumiendo. Además, hace un mes comencé a llevar a cabo una acción: cada vez que vayamos en avión, trataré de plantar tantos árboles cómo sea necesario para equilibrar la huella de CO2 que esto produzca.

Aunque no es suficiente, los árboles son gran parte de la solución. De hecho, ya estamos poblando nuestro propio bosque RunbenGuo.

En conclusión, tanto el transporte diario como los viajes deben ser repensados y replanteados.

Lo que llevas puesto

Una sola camiseta de algodón necesita, como valores medios, 2.900 litros de agua para ser producida. En concreto: 1.230 litros de agua de riego, 1.110 litros de agua de lluvia, y 600 litros de agua que quedan contaminados (aunque depende mucho del origen del algodón y demás factores).

Todo esto para una sola camiseta. Unos vaqueros usan de media 11.900 litros de agua para ser producidos.

Y, sin embargo, estamos en la era de la moda rápida, donde grandes marcas multinacionales producen prendas baratas y de mala calidad, que a los pocos meses tenemos que tirar, para volver a comprar una nueva y satisfacer nuestros vacíos emocionales y del ego.

”Tenían que ir constantemente a grandes edificios que llamaban Centros Comerciales donde compraban ropa y productos que apenas duraban unos meses en buenas condiciones.”
”¿Y por qué las vendían si eran malas?”
”Porque al durar poco, vendían constantemente lo mismo una y otra vez.”
”Pero es muy ineficiente, no lo entiendo.”
”El único motivo era generar más dinero, y que la gente solo pensara en comprar para que estuvieran atrapados.”

Cada vez más, me encanta ver que me despojo de esa necesidad de tener que comprar ropa nueva, y me doy cuenta de que la ropa no me define, no me hace ser mejor ni estar más bello, sino que eso depende de lo que hay dentro de mí y de mi cuerpo, de mi esencia.

Cada vez me sienta mejor ver que mis prendas duran años y décadas. Tengo unas botas que llevo usando desde los 19 años, pantalones desde hace 5-10 años, arreglé mi reloj antiguo de 25 años en vez de comprar uno nuevo, tengo camisetas de hace más de 5 años que siguen estando bien… no tengo que gastar y consumir.

Pero para ello, debo comprar lo que es de calidad, y cuidarlo bien. No lavar constantemente, lo cual produce gran parte del problema, sino solo lo necesario.

Si conscientemente has visto que necesitas alguna prenda, primero acude a las opciones de segunda mano, porque son prendas que ya están fabricadas y es la opción más sostenible. Nos deshacemos de tanta ropa en buen estado, que seguro que encuentras lo que necesitas (App de ropa de segunda mano). En el caso de que no encuentres lo que buscas, entonces sí, acude a buscar la opción de más calidad, más duradera y más sostenible.

Cuanto más nos salgamos de esta trampa de la moda rápida, mucho mejor nos sentiremos nosotros y el planeta.

La energía que usas

Mucha gente no es consciente de que cuando encendemos la luz, la gran mayoría de esa electricidad es producida por combustibles fósiles: petróleo, carbón, gas natural…

Sí, es electricidad. Pero se produce con lo mismo que con lo que se mueve tu coche.

Por ello, debemos hacer un uso consciente de ella, como por ejemplo:

  • No tener nuestros aparatos constantemente conectados si no los estamos usando.
  • Apagar todo por la noche (incluso el wifi por razones de salud).
  • Apoyar en la medida de lo posible a compañías eléctricas que solo usan energía de fuentes renovables.
  • Cambiar nuestras bombillas incandescentes por LED cuando se vayan estropeando.
  • Y vigilar muy bien si es necesario tener tantos electrodomésticos funcionando constantemente, sobre todo si son de baja eficiencia energética.

Cosas innecesarias del mundo moderno

¿Servilletas de papel? ¿Por qué no de tela? Yo directamente no uso, no hace falta salvo en contadas ocasiones.

¿Cubiertos de plástico? Son antieconómicos, antiecológicos, anticulinarios… antitodo. Resultan muy cómodos para nuestra pereza, pero incomodísimos para el planeta.

Otro consejo interesante es usar tickets electrónicos siempre: entradas de cine, de teatro, billetes de avión, de tren, etc.

¿Cartas de papel? Pide a tu banco o a cualquier otro servicio que te envíe el correo a domicilio, que dejen de cortar árboles para mandarte algo que podría ser perfectamente electrónico. ¿Mapas turísticos de papel? ¿En serio? ¿En la era de Google Maps y las guías digitales?

¿Necesitas beber agua cuando vas por la calle? No compres botellas de plástico, lleva siempre contigo una reutilizable.

¿Eres una chica? ¿Sabes que una mujer utiliza una media de más de 6.000 tampones durante su vida? Todas con su aplicador de plástico, con su envase individual, con su caja… Y todo eso a la basura. Lo mismo pasa con las compresas, pero por suerte hay muchísimas opciones más sostenibles, económicas y saludables para ti, como la copa menstrual, compresas reutilizables, etc. Aquí tienes opciones más sostenibles y más información.

En definitiva, no uses artículos de un solo uso. Usa pilas recargables. Pajitas de metal y no de plástico, para no matar animales marinos (cuando te las traigan en el restaurante, sin abrirlas, devuélveselas al camarero o camarera).