Alfonso Torices. Madrid. Martes, 20 octubre 2020

 

 Las miles de toneladas de artes de pesca abandonadas o perdidas en los océanos todos los años, las conocidas como ‘redes fantasma’, son los desechos plásticos más letales para las especies marinas, según advierte el informe monográfico publicado por la organización naturalista WWF, que lidera una campaña mundial para lograr unos mares libres de plásticos.

La amenaza es tan grave que la investigación calcula que el 66% de los mamíferos acuáticos, el 50% de las aves náuticas y todas las especies de tortugas marinas de todo el planeta han quedado atrapadas en alguna ocasión en estas basuras, causándoles lesiones o la muerte. Las redes abandonadas, de hecho, abundan los expertos, pueden seguir atrapando especies como las tortugas, tiburones, cetáceos, rayas o aves marinas durante décadas y, además, tardan cientos de años en degradarse.

En concreto, el informe destaca que son responsables de haber contribuido a que especies como la vaquita marina y otros pequeños cetáceos se encuentren al borde de la extinción. La vaquita marina es una marsopa de 1,5 metros, que habita en la Baja California, y que ha pasado de 97 ejemplares en 2015 a 10 en 2019.

Que el plástico está ahogando al planeta es un hecho. Se estima que 11 millones de toneladas de estas basuras acaban en el océano cada año. Pero lo que hasta ahora era menos conocido es que, de todos los desechos plásticos que acaban en los mares, las redes de pesca abandonadas constituyen la principal amenaza para la vida. El informe de WWF ‘Stop redes fantasma, la forma más letal de plástico marino’, calcula que entre 500.000 y un millón de toneladas de redes y artes de pesca se abandonan en el océano cada año y se convierten en trampas mortales para múltiples especies, que sufren amputaciones o fallecen enredadas o asfixiadas, con una muerte lenta y dolorosa.

WWF calcula que cerca del 6% de todas las redes, el 8,6% de las trampas y nasas y el 29% de todos los sedales de pesca utilizados a nivel mundial se abandonan, pierden o descartan en el medio ambiente. Un ejemplo de la magnitud del problema es que al menos el 46% de las 79.000 toneladas de plástico que forman ‘La Gran Mancha de Basura del Pacífico’ están compuestas por artes de pesca.

Las redes no solo mutilan y matan a los peces y aves, también dañan hábitats marinos vitales, como los arrecifes de coral y los manglares, arrancan y condenan a animales sésiles, como crustáceos, percebes o hidras, y amenazan las fuentes de alimentos y los medios de vida de las comunidades costeras y los pescadores.

Los perjuicios a la salud humana y la economía general de las ‘redes fantasmas’ también son importantes, según destaca el informe. Las artes de pesca están hechas con polímeros y otros materiales contaminantes que, tras ser tragados por especies que consumimos, se convierten en nocivos para la salud humana.

Grandes daños económicos

El impacto económico de esta basura es grande, y el primero en sufrirlo es el propio sector pesquero. Varios estudios estiman que más del 90% de las especies capturadas por redes fantasma son de valor comercial. El daño económico a los pescadores también incluye la pérdida del arte en sí, el peligro para la navegación -afecta a la propulsión del barco y a su capacidad de maniobra- y, en casos extremos, lesiones o pérdida de vidas en la tripulación. El turismo también sufre castigo, ya que los visitantes perciben una disminución en la belleza natural de un área si hay desechos marinos presentes.

«Con una población mundial en aumento, habrá mayor demanda de recursos marinos y, por lo tanto, aumentará el uso de redes pesqueras. Tenemos que evitar que los océanos se ahoguen en un mar de plásticos», reclama Enrique Segovia, director de conservación de WWF España. Los expertos de WWF aseguran que se puede acabar con esta amenaza con medidas reglamentarias y vinculantes eficaces, con políticas y prácticas preventivas y de mitigación, y mediante la innovación en el diseño de las artes de pesca.

La organización naturalista trabaja para que se regule el uso y descarte de estas redes, se mejore su trazabilidad, y para incentivar el uso de materiales biodegradables en las artes de pesca. Y, como medida central, WWF ha puesto en marcha la campaña ‘Naturaleza sin plásticos’, para pedir un nuevo acuerdo global vinculante en la ONU que ponga fin a la contaminación marina por estas basuras. Hasta el momento líderes de 40 países y 1,9 millones de firmas de todo el mundo, entre ellas 90.000 españolas, se han sumado al llamamiento internacional.

https://www.elnortedecastilla.es/sociedad/redes-deriva-plastico-20201020123620-ntrc.html

13/12/2020