Las manzanas podridas de la agroindustria brasileña
Un nuevo estudio muestra que solo el 2% de las propiedades productoras de soja y carne en el Amazonas y el Cerrado son responsables del 62% de toda la deforestación potencialmente ilegal.
En la arena política internacional cada vez más polarizada, se ha vuelto difícil encontrar un terreno común para resolver la actual crisis ambiental de Brasil, que tiene implicaciones tanto globales como locales. Los compradores internacionales de productos agrícolas de Brasil han expresado su preocupación por los productos contaminados por la deforestación (es decir, la deforestación que ocurrió durante el proceso de producción del producto).
Las críticas de la Unión Europea al gobierno brasileño refuerzan las demandas de boicotear los productos brasileños y retener la ratificación del acuerdo comercial alcanzado en 2019 entre la UE y Mercosur, el bloque comercial sudamericano. Entre las preocupaciones está que el aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero por la deforestación y los incendios forestales en Brasil podría anular los esfuerzos de mitigación del cambio climático de la UE. El gobierno brasileño y la agroindustria sostienen que las leyes nacionales garantizan altos estándares de conservación y, por lo tanto, las prohibiciones comerciales no deben incluir la deforestación legalmente autorizada.
Un camión maderero en el Amazonas. La producción de carne de res y soja son los principales impulsores de la deforestación tropical en América del Sur, incluida la Amazonia brasileña y el Cerrado. Foto: Brasil2 / Getty Images
Este artículo del Science’s Policy Forum aborda los vínculos entre la deforestación ilegal en el Amazonas y el Cerrado, los biomas brasileños más grandes con las tasas más altas de deforestación, y las importaciones de la UE de soja y carne de res brasileñas, los principales productos agrícolas del país. Los autores encuentran que, aunque la mayor parte de la producción agrícola de Brasil está libre de deforestación, el 2% de las propiedades en el Amazonas y el Cerrado son responsables del 62% de toda la deforestación potencialmente ilegal, y que aproximadamente el 20% de las exportaciones de soja y al menos el 17% de las exportaciones de carne de vacuno de ambos biomas a la UE pueden estar contaminadas con deforestación ilegal.
Crear conciencia es importante para presionar a Brasil para que conserve sus activos ambientales y para promover la voluntad política internacional para reducir las emisiones de Efecto Invernadero. Esto podría lograrse, por ejemplo, a través de las salvaguardias ambientales del acuerdo comercial Mercosur-UE, que requieren que las importaciones de la UE cumplan con la legislación del país exportador.
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