En los últimos dos años analizados, los ingresos pasaron de 821 a 1.779, sobre todo por ideación suicida, según un estudio de varias universidades españolas
Doménico Chiappe
Madrid
Lunes, 21 de julio 2025
En las últimas dos décadas el número de niños y adolescentes (entre 11 y 19 años) que ingresaron por diagnósticos psiquiátricos aumentó drásticamente. «Las hospitalizaciones relacionadas con la depresión aumentaron de forma constante, especialmente durante la última década», asegura el estudio ‘Dos décadas de ingresos hospitalarios de adolescentes con depresión en España’, realizado por investigadores de las Universidades Internacional de La Rioja, Miguel Hernández, Complutense, Westminster y el Centro de Investigación Biomédica en Red en Salud Mental, entre otros centros.
Esos ingresos aumentaron un 88% en el periodo estudiado, basado en los datos del Registro Nacional de Altas Hospitalarias (SNRHD) español. «En 2021, último año del estudio, los diagnósticos psiquiátricos representaron el 9,5% del total de ingresos en adolescentes, en comparación con tan solo el 3,9% en 2000». De media, estos ingresos representan cerca del 6% de hospitalizaciones totales en esta franja de edad, pero tres de cada cuatro casos fueron registrados en los diez años más recientes.
En cifras, hubo 173 adolescentes ingresados por depresión como diagnóstico principal en el año 2000. Dieciséis años después, fueron 746 y en 2019, 821. Dos años más tarde, pasaron a 1.779, según los cálculos del artículo que se publicará en septiembre en Journal of Affective Disorders (Revista de Trastornos Afectivos). «La incidencia aumentó un 1.217%», afirman los autores, encabezados por Eduardo González-Fraile.
Entre las razones por las que se produce de forma tan abrupta el incremento de pacientes muy jóvenes, los autores postulan varias hipótesis, relacionadas con «fenómenos sociales y culturales como una mayor incertidumbre en sus futuros personales, académicos y sociales, tras la crisis económica del 2008», afirma González-Fraile. «También ha influenciado el uso masivo y generalizado de las redes sociales o la aparición de nuevos esquemas sociales contemporáneos basados en la inmediatez, la hiperconexión o la disponibilidad de recursos y gratificaciones a bajo costo a través de internet».
Actualmente, sostienen, un tercio de los jóvenes entre 10 y 19 años experimentan depresión, y las pacientes de sexo femenino tienen mayor riesgo. «Los adolescentes hospitalizados por depresión presentaron características diferenciales significativas; cabe destacar que el 74,3% eran niñas», mantiene el estudio.
Con el objetivo de «generar información que ayude a identificar grupos de alto riesgo, fundamentar estrategias de detección temprana y guiar el desarrollo de programas de intervención específicos», la investigación arrojó otros hallazgos: la depresión se asoció significativamente con la conducta suicida intrahospitalaria, con la «edad avanzada como único predictor significativo»; la media de edad al momento de la hospitalización fue de 16 años, «aunque se observó una tendencia hacia edades más tempranas en 2021», y la media de estancia en el hospital fue de siete días.
Autolesiones y deterioro
Entre las causas más frecuentes de ingreso hospitalario están las autolesiones y la ideación o intento de suicidio, aunque la mortalidad hospitalaria fue «relativamente baja», con 0,2% de los casos y, «cuando ocurrió, se observó una mayor edad de los pacientes». «La depresión en niños y adolescentes es un problema grave que afecta tanto a la salud física como al bienestar emocional», declaró González-Fraile. «Esta circunstancia puede conllevar a un deterioro gradual en su funcionamiento social, emocional y en el rendimiento académico, físico e incluso personal».
El estudio sostiene que «la depresión es una de las enfermedades mentales más prevalentes entre la población joven» y su «inicio temprano a menudo recurre y puede persistir hasta la edad adulta, especialmente si no se trata, y puede indicar el desarrollo de enfermedades mentales más graves en etapas posteriores de la vida», advierten sus autores. «Si no se aborda, la depresión en niños y adolescentes también se asocia con un mayor riesgo de consumo de sustancias, malos resultados académicos y laborales, deterioro del funcionamiento social y un mayor riesgo de conducta suicida».
Los investigadores aspiran a que sus hallazgos puedan «respaldar la planificación de los servicios de salud y la asignación de recursos, anticipándose a la evolución de la demanda asistencial a lo largo del tiempo».
21/07/2025
1 Comment
Rubén Torres
6 horas agoDespués de leer este y otros artículos sobre el mismo tema, me he percatado que todos los autores son gente de segunda clase (unos inútiles) pues ninguno se ha dado cuenta que esas personas no tienen derecho a vivir, por lo que habría que hacer es deshacernos de todos ellos y no perder el tiempo ni el dinero en intentar recuperarlos, pues estamos ante un montón de cobardes y de naturaleza muy débil, algo que la madre Naturaleza supo solucionar hace miles de millones de años; dejando que los superpredadores se encarguen de todos ellos.
Esta sociedad lo que necesita gente resolutiva, valiente y fuerte, tanto mentalmente como físicamente para que puedan transmitir una buena genética.