El Gobierno valenciano admite a preguntas del PSPV que en 2012 se vertieron 668,34 hm3 de aguas residuales a través de acequias y emisarios
18.07.2013
VALENCIA Las depuradoras gestionadas por la Generalitat Valenciana vertieron al mar 668,34 hectómetros cúbicos en 2012 a través de emisarios submarinos y acequias, según admitió el vicepresidente del Gobierno José Ciscar a preguntas del PSPV-PSOE.
El vertido de aguas aprovechables para el regadío representa algo más del doble de los caudales que la Generalitat reclamaba del trasvase del Ebro hace unos años, antes de que Mariano Rajoy presidiera el Gobierno de España, y supone también un grave problema ambiental con implicaciones directas sobre la calidad del agua en las playas y el turismo.
En una respuesta parlamentaria del vicepresidente del Gobierno valenciano y conseller de Agricultura, José Ciscar, a Francesc Signes, diputado del PSPN en las Cortes Valencianas, el titular de las competencias sobre agua en el Consell admite que durante el año 2012 se vertieron al mar 668,34 hectómetros cúbicos de agua (668.340.000 litros de agua) de los que 168,58 millones se vertieron a través de emisarios submarinos y 500 hectómetros cúbicos por medio de otros puntos de vertido como acequias y cauces.
Francesc Signes recordó que esa cantidad de agua «que tiramos al mar supone más del doble de agua que se asignaba a toda la Comunidad Valenciana en el trasvase de agua del río Ebro, unos 300 hectómetros cúbicos de agua al año».
En opinión del diputado, esas cifras «dejan en evidencia la falsedad de toda la propaganda de los últimos años del PP valenciano y ponen de manifiesto el largo camino que le queda a la Generalitat para reutilizar la mayor parte de las aguas residuales que producimos».
«Mientras el Gobierno valenciano reconoce que en el año 2011 solo reutilizó unos 300 hm3 cúbicos de los cerca de 475 hm3 que suman las aguas residuales que dice depurar, ahora reconoce que se lanzan al mar mas de 668 hectómetros cúbicos».
Hace tan solo unas semanas, el propio presidente de la Generalitat Alberto Fabra aseguraba en un acto en la Real Acequia de Moncada que firmado que la Comunitat Valenciana «es un ejemplo en la gestión y aprovechamiento del agua, un bien escaso que tenemos que cuidar entre todos, para seguir liderando en España su uso racional y adecuado».
Según las cifras «oficiales» del presidente de la Generalitat -desmentidas ahora en la respuesta de José Ciscar-, «en la Comunitat Valenciana se depura al año en torno a 500 hectómetros cúbicos de agua, el triple de la media estatal, y se reutilizan más de 300 hectómetros cúbicos, más del 60% del agua depurada, cifra que supone el mayor volumen de reutilización de todo el país y nos sitúa a la vanguardia en el tratamiento y reutilización de aguas».
Para el diputado Francesc Signes, finalmente ha quedado de manifiesto «la manipulación política que ha hecho durante muchos años el Partido Popular del tema del agua y que solo ha servido para esconder sus propias vergüenzas».
Agua y ¿Progreso?
«Poco a poco -manifestó el diputado- todas las mentiras del PP valenciano utilizadas para desprestigiar al anterior Gobierno socialista están siendo desenmascaradas por sus propios actos».
Francesc Signes recordó, por último, que el Gobierno valenciano inyectó en los últimos años 7,2 millones a la Fundación Agua y Progreso para que sirviera de «ariete» contra la política hidráulica de los socialistas y subrayó que con este presupuesto «derrochado» en propaganda política se podrían haber hecho «muchas» obras para reutilizar el agua de las depuradoras» en la agricultura valenciana.
El buen estado de las masas de agua litorales requiere algo más que una depuración primaria. Prácticamente todos los vertidos que llegan al mar han recibido algún tipo de tratamiento inicial, aunque estos deben ser complementados con tratamientos terciarios que encarecen notablemente el proceso. La reutilización íntegra de estos caudales en la agricultura es la mejor opción, aunque la falta de infraestructuras adecuadas y la ausencia de una «reasignación» de recursos obligan a lanzar al mar ingentes volúmenes de agua en emisarios submarinos como los de Pinedo o Vera, que esconden» el vertido pero no evitan el deterioro progresivo de la calidad del agua.
Una de las consecuencias del vertido «difuso» (en realidad a veces es más que identificable en acequias, cauces y emisarios submarinos) de aguas sin depurar o deficientemente depuradas a las zonas costeras es la aparición de episodios de algas «tóxicas», eutrofización (pérdida de oxígeno por exceso de nutrientes) e incluso episodios de contaminación puntual que han obligado a izar la bandera roja y cerrar las playas.
Pese a los avances en depuración y reutilización, existen todavía múltiples puntos de vertido identificados por la Administración valenciana. Se trata por lo general de aguas procedentes de la agricultura, aunque también de polígonos industriales o depuradoras carentes de tratamientos que eviten los nutrientes.
Un exceso de vertidos en zonas marítimas semicerradas o con escasa renovación de agua ha provocado ya episodios de algas tóxicas en Cullera y más recientemente en Pinedo. Según la Confederación Hidrográfica del Júcar, la mayoría de las aguas litorales tienen un estado «bueno o muy bueno» aunque ya se advierte un cierto deterioro en las aguas interiores del puerto de Valencia; en el tramo costero que va desde el citado puerto al faro de Cullera y desde el cabo Huertas hasta Guardamar del Segura», lo que se atribuye «a los aportes de fósforo» por los vertidos de las grandes «conurbaciones».
1 Comment
Rubén Torres
10 meses agoUna vez más veo que se despilfarra el dinero (7,2 millones) en vez de invertirlos en depurar más eficientemente el agua que se vierte al mar utilizando las bacterias EM.