11 razones para decir sí a la caza
Contamos con innumerables argumentos para defender el derecho a cazar de los ciudadanos españoles. Este artículo cita las razones por las que esta actividad natural sigue siendo necesaria en nuestros días.
Perro ‘reivindicando’ su derecho a cazar junto a su dueño en la última manifestación de cazadores de septiembre de 2017 en Córdoba. /Jara y Sedal
17/05/2021, 12:10
Israel Hernández Tabernero
Desde hace años, las principales asociaciones y partidos animalistas han intensificado sus esfuerzos para criminalizar y fomentar el odio hacia los ciudadanos cazadores. Año tras año han utilizado el fin de la temporada cinegética para propagar una mentira carente de base e imposible de sostener con argumentos contrastados. El objetivo: conseguir que la sociedad no cazadora rechace la caza y estigmatice a los cazadores considerándolos herederos de una tradición casposa de señoritos homófobos que arrasan con la naturaleza sin escrúpulos y por macabra diversión.
Para ello llegan a asegurar que los practicantes de esta actividad abandonan, apalean, torturan y tirotean a 50.000 galgos cada año al acabar la temporada de caza. Muchos medios generalistas han reproducido esta cifra sin contrastarla, a pesar de que es producto de una invención animalista, como reconoció a esta revista una de sus autoras. Voluntariamente o no, son muchos los medios de comunicación participan de una mentira que ha sido negada tanto por la Guardia Civil como por la Fundación Affinity.
Un ejemplo de esto puede ser este artículo de Eldiario.es. Su autor, Rafa Hernández, no sólo apoya su discurso intentando disfrazar de racionales sus argumentos emocionales, sino que fuerza la realidad en un ejercicio delirante que le lleva a afirmar que la caza «consagra, fomenta y convalida la peor de las versiones de ese estigma de la desigualdad de género que nuestra comunidad dice perseguir».
Frente a la turbulencia de los demagogos de la que ya nos advertía Aristóteles, y por alusiones directas del citado medio, hemos considerado oportuno responder explicando con hechos empíricos contrastados y argumentos científicos (racionales, no emocionales) las múltiples razones que tenemos para apoyar una actividad tan natural e intrínsecamente unida al hombre como es la caza. No sólo el próximo domingo, sino todos los días de nuestra vida.
La caza ayuda a la conservación de la naturaleza
No lo dice Jara y Sedal. Ni siquiera ese lobby cinegético al que se refiere eldiario.es. Expertos de las Universidades de Cambridge, Adelaida y Helsinki concluyeron en uno de los estudios más importantes llevados a cabo en la actualidad que «La caza de trofeos puede ser una importante herramienta de conservación». Una afirmación que muchos no comprenden, pero que ya hemos explicado en reiteradas ocasiones y que fue retratada el año pasado en un simpático vídeo elaborado por CollegeHumor.
Este importante papel de conservación también ha sido recientemente reconocido por el Parlamento Europeo y por el mayor congreso sobre naturaleza del planeta, la Convención CITES, en la que trabajan juntos 183 países, incluido el nuestro.
En la memoria colectiva está la muerte del león Cecil. Un caso que saltó a todos los medios y que contribuyó a estigmatizar la imagen del cazador. Los medios de todo el planeta retransmitieron casi en directo aquel episodio. Lo que no hicieron luego fue hacerse eco del estudio del profesor David MacDonald –encargado de estudiar al león Cecil durante años-, que concluía que la caza de leones regulada podría ofrecer importantes incentivos económicos para proteger el hábitat salvaje de estos de su destrucción, lo que solventaría uno de los mayores problemas de la especie.
En esta misma línea, la propia organización WWF, ha reconocido en diversas ocasiones la importancia de la caza como herramienta de protección de la naturaleza. Es la misma conclusión alcanzada por un estudio realizado por el IREC en nuestro país, que demuestra que se trata de una buena herramienta de conservación para las aves.
La caza genera riqueza y fija población en el medio rural
Según un estudio elaborado por Deloitte para la Fundación Artemisan la caza genera 6.475 millones de euros en España y emplea a 187.000 personas –más incluso que el sector de la automoción–. Este estudio también certifica que los cazadores son el colectivo que más dinero invierte en conservación de la naturaleza en España, después de las administraciones públicas. Concretamente 287 millones de euros anuales, de los cuales se beneficia toda la biodiversidad. Esto se traduce en generación de riqueza y fijación de población en la España vaciada.
Prohibir la caza provoca más daños que beneficios
De nuevo, la ciencia habla. La Universidad de Cambridge alertaba el año pasado que la prohibición de cazar incentivaba la pérdida de biodiversidad. La realidad no tardó demasiado en darle la razón. Como consecuencia del ‘efecto Cecil’ el número de viajes de caza a Zimbabwe se desplomó. Según la Bubye Valley Conservancy el número de felinos en algunas zonas del país se volvió insostenible y los expertos aseguraron que habría que reducir en 200 el número de leones.
Volviendo a Europa, Holanda prohibió la caza de gansos en 1999. Desde entonces la población de estos animales se ha incrementado en un 2000%. Ahora, los ciudadanos pagan al año once millones de euros por los graves daños que ocasionan a la agricultura estas aves, que además suponen una seria amenaza para el tráfico aéreo. Para reducir su población el gobierno holandés, lejos de volver a autorizar su caza, los está gaseando por millares.
Gansos en Holanda a punto de ser gaseados.
Ayuda a salvar especies de la extinción
Curiosamente, la mayor población de lince ibérico de España está en un coto de caza. No en terrenos gestionados por asociaciones ecologistas. Una de las mentiras más recurrentes de los animalistas es que los cazadores son los responsables de la extinción de los animales en nuestro país. Pero es un mensaje falso, como ya demostramos en uno de nuestros artículos. El propio Frank Cuesta reconoció recientemente en una entrevista que «la caza está manteniendo muchas especies en el mundo».
Aunque no suela ser titular en los medios generalistas, los cazadores españoles llevan años volcados en la recuperación de especies amenazadas como el oso pardo o el lince. Y fuera de nuestras fronteras han conseguido enormes éxitos en este campo, como ha sucedido con el leopardo de las nieves. También se perfila como una ayuda para salvar al amenazado rinoceronte.
La caza cuenta con un amplio respaldo social
Lo hemos visto en todas las manifestaciones convocadas por el sector. Son multitudinarias. La última convocada por el sector reunió en Madrid a unas 300.000 personas. A nivel regional, en 2015 la Federación Andaluza de Caza congregó a 50.000 personas en Sevilla y 40.000 en Córdoba el pasado mes de septiembre. Esta masiva afluencia contrasta con las exiguas concentraciones de las manifestaciones anticaza, cuya afluencia de personas suele ser muy reducida.
La caza social es mayoritaria en España
Uno de los principales esfuerzos de los sectores anticaza es hacer ver que «el cazador tipo sigue siendo hoy un varón, con altísimos ingresos, que no encuentra mejor quehacer, en sus ratos de ocio, que destruir la existencia de otros seres sintientes», citando a Rafa Hernández en eldiario.es. Del millón de cazadores que se estima hay en España, la mayor parte de ellos practica la caza social, siendo Andalucía la región que mayor número de ellos congrega.
Tanto es así que La Roda de Andalucía se convirtió en el primer pueblo de España en proteger el derecho a cazar de sus habitantes. Curiosamente el responsable fue su alcalde, de Izquierda Unida, que declaró a su municipio «insumiso» ante cualquier norma que pretenda impedir la práctica de la caza, una actividad que considera un «motor económico y una herramienta de desarrollo social y medioambiental fundamental para la localidad».
La caza es la forma más ética de conseguir alimento saludable
Foto: JyS
La carne de caza es «justa, libre y sana. La más ética y sostenible que puedes comer». Tampoco lo decimos nosotros. La frase fue publicada en un editorial de la revista Greenpeace, una de las organizaciones ecologistas más importantes del mundo. Más allá del componente ético (argumento emocional) la ciencia también nos anima a consumirla. Diferentes estudios, como el publicado por el Meat Advisory Panel británico en 2015, o el llevado a cabo recientemente por el científico Tim Spector, nos hablan de los beneficios que reporta la carne de caza a nuestra salud.
Además de ayudarnos a evolucionar y convertirnos en el hombre que hoy somos, la carne de caza da sentido a nuestra actividad, y es más importante para la mayoría de nosotros que el trofeo, tal y como demuestra un estudio reciente. Además, sirve para alimentar a los más necesitados gracias a las numerosas donaciones de carne que diferentes asociaciones de cazadores realizan por toda España, una labor que ha sido premiada recientemente por la Federación Española de Bancos de Alimentos.
La caza previene daños y reduce accidentes
Las poblaciones de jabalí, corzo y ciervo se han disparado en las últimas décadas en España. Esto ha provocado que el número de cazadores con rifle, el tipo de arma empleada en la caza mayor, haya aumentado un 225% desde el año 2000.
Según los datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente, sólo entre 2005 y 2014 los abates de jabalíes se incrementaron en un 188,6% en España. Además, la economía generada en torno a este recurso natural creció casi un 447%. Este aumento de capturas contribuye a reducir los daños a la agricultura y el número de accidentes de tráfico con fauna, que en el caso de las especies de caza ya suponen el 60% de los siniestros.
La caza ayuda al desarrollo de los niños
La caza también ayuda a un correcto desarrollo de los niños que la practican, ayudando a prevenir, entre otros, el Transtorno por Déficit de Naturaleza cada vez más presente en una sociedad eminentemente urbana. De hecho, esta actividad es utilizada e incorporada al sistema formativo de algunos centros educativos más desarrollados del planeta. Encontramos ejemplos en Dinamarca, Inglaterra o Alaska, donde la caza se entiende y se explica a los más pequeños como el proceso necesario y natural que es. La caza forma parte de la vida, al igual que la muerte. Mientras en países como el nuestro se trata de enseñar una naturaleza irreal y mitificada, en otros países muchos docentes han encontrado en la caza una herramienta para mostrar la realidad del medio natural y el respeto por él.
Cazar es un derecho de los ciudadanos
Cazar es un derecho de los ciudadanos. Prohibir la caza es restringir nuestra libertad y privarnos de la oportunidad de poner en práctica un comportamiento natural que ha convertido a la humanidad en lo que hoy es. Una vuelta atrás en el progreso social y político, puesto que durante siglos la caza estuvo reservado en exclusiva a las clases más poderosas. Mientras en España hay quien pide acabar con el derecho a elegir si un ciudadano quiere o no cazar, en otros países como Indiana o Texas este derecho ha sido considerado constitucional para reconocer la importancia que tiene que cualquier hombre o mujer pueda obtener alimento de la naturaleza por sus propios medios.
Otros beneficios de la caza
Pero la caza no sólo es beneficiosa para la biodiversidad o nuestra salud. También tiene importantes componentes como el económico, que ayudan a generar riqueza y fijar población en zonas rurales que, de lo contrario, quedaría abandonadas.
Como individuos, la caza nos aporta innumerables beneficios. Como decía Ortega y Gasset, «no se caza para matar, sino, al revés, se mata por haber cazado». En ese proceso, nuestra condición de predadores hace que el organismo premie esta actividad empleada para satisfacer una de nuestras necesidades básicas: alimentarnos. El hecho de que nos guste cazar tiene su explicación científica, como ya hemos visto. Y además hace inmensamente felices a nuestros perros, que hoy son el excelente animal de compañía que son gracias a los cazadores, tal y como han demostrado diferentes estudios.
Los cazadores, víctimas del odio y la mentira
La incitación al odio y el recurso de la mentira y a la demagogia son una constante en el discurso anticaza. El propio artículo de eldiario.es al que nos referíamos con anterioridad, mezcla de forma enrevesada datos sin base con elucubraciones e informaciones sin rigor para tratar de dotarlo, en apariencia, de una base racional.
Su autor, asegura que el plomo de los cartuchos contaminan el suelo y el agua citando dos estudios que han sido desautorizados posteriormente nada menos que por la Unión Internacional por la Conservación de la Naturaleza (UICN), integrada por 1.300 asociaciones conservacionistas, puesto que «no hay ninguna prueba que evidencie un impacto del plomo sobre las poblaciones de vida salvaje europea». Prueba de ello es que Finlandia y Noruega, que fueron pioneros en prohibir el plomo para cazar, han vuelto a permitir su uso después de que la experiencia demostrara que se trataba de una medida que no influía en el medio natural.
Tal es la cantidad de noticias generadas desde los sectores ecologistas y animalistas que en Jara y Sedal hemos desarrollado un ranking de noticias falsas contra la caza durante 2016 y 2017. Este tipo de informaciones siempre buscan criminalizar la actividad de la caza y la figura del cazador e incitan al odio como por desgracia tuvimos que presenciar con nuestra amiga y compañera Mel Capitán. Un fenómeno denunciado por miles de usuarios que no parecen llegar a los medios en esta guerra contra la caza en la que todo vale menos la verdad. Porque la realidad no es tan sensacionalista ni rentable.
https://revistajaraysedal.es/11-razones-para-decir-si-a-la-caza/
1 Comment
Rubén Torres
3 años agoLa caza de trofeos puede ser una importante herramienta de conservación
R. La caza de trofeos solo ha servido para extinguir varias especies (ver lista de animales extinguidos) y también para diezmar la genética.
La caza de leones regulada podría ofrecer importantes incentivos económicos para proteger el hábitat salvaje.
R. La caza de leones ha provocado que desaparezcan de muchos lugares. De hecho, la población de leones disminuyó en un 68% en los últimos 50 años.
En cuanto a la economía, hay muchas formas de ganarse la vida sin tener que recurrir en diezmar a los animales salvajes.
Una buena herramienta de conservación para las aves.
R. Solo un lerdo ignorante puede hacer ese tipo de cosas. Ante este tipo de afirmaciones basta con leer la lista de aves que se han extinguido o que están en peligro por culpa de la caza. Por otra parte hay que tener en cuenta que robar miles de presas aladas a las rapaces, las hace muy vulnerables a ser extinguidas.
La caza genera riqueza y fija población en el medio rural
R. Es cierto. Pero enriquecerse a costa de asesinar animales salvajes no es para estar muy orgulloso precisamente.
En cuanto a la población rural, nunca los humanos debieron arrebatar esos terrenos a la Naturaleza.
Los expertos aseguraron que habría que reducir en 200 el número de leones.
R. Me encantaría conocer a esos supuestos “expertos”, pues para un continente tan inmenso como África, reducir a 200 leones es condenarlos a la extinción.
Holanda prohibió la caza de gansos en 1999. Desde entonces la población de estos animales se ha incrementado en un 2000%. Ahora, los ciudadanos pagan al año once millones de euros por los graves daños que ocasionan a la agricultura estas aves.
R. Una vez más se ponen en evidencia los políticos, que demuestran una y otra vez que no tienen ni p. idea sobre cómo gestionar el medioambiente. Si gobernaran las personas adecuadas no les costaría ni un euro, pues el verdadero problema no son los gansos.
La población de gansos aumenta por dos motivos: abundancia de alimento y la ausencia de depredadores (zorros, linces y rapaces entre otros). Entonces, si se hubiese gestionado la población humana no sería necesario dedicar tanto cultivo de cereal, si no se hubiesen cargado a miles de zorros, si los cazadores no hubiesen asesinado a cientos de rapaces, si no se hubiesen envenenado huevos para matar a los zorros, si no se hubiese utilizado el pesticida DDT que ocasionó un desastre en la formación de los huevos, si no se hubiesen instalado esos aerogeneradores con aspas que se cargan cientos de rapaces, si no se hubiesen instalado las líneas eléctricas donde las rapaces mueren electrocutadas o por impactar con ellas. En fin, es una serie de errores que hay que pagar por ellos.
La caza está manteniendo muchas especies en el mundo.
R. Es todo lo contrario, cada año desaparecen más especies. Especies que solo las podremos ver disecadas, o en los libros.
Aunque no suela ser titular en los medios generalistas, los cazadores españoles llevan años volcados en la recuperación de especies amenazadas como el oso pardo o el lince. Y fuera de nuestras fronteras han conseguido enormes éxitos en este campo, como ha sucedido con el leopardo de las nieves. También se perfila como una ayuda para salvar al amenazado rinoceronte.
R. Hay que ser muy hipócrita para decir semejantes disparates. Precisamente han sido los cazadores los que acabaron con miles de linces, cientos de osos, lobos, urogallos, sisones, avutardas, etc. Los cazadores sabían perfectamente que los linces dependían mucho de los conejos, pero cada año se liquidan unos cuantos miles de ellos sin importarles un carajo que se mueran de hambre o no.
Por otro lado, las agencias de caza cobran grandes sumas para que los cazadores adinerados se den el capricho de disparar contra elefantes, leones, rinocerontes, jirafas, búfalos, etc. que junto con los furtivos ya han extinguido algunas subespecies de jirafas y rinocerontes. Por supuesto el descenso del leopardo de las nieves se debe a la caza por parte de gente sin escrúpulos.
Retomando el tema de los osos, fueron los cazadores los que acabaron con todas las osas españolas, al extremo que el gobierno se ha tenido que gastar varios millones en traer osas de Polonia. Lo mismo le pasó al bisonte europeo, que esos canallas no dejaron ni uno vivo.
La caza es la forma más ética de conseguir alimento saludable. La carne de caza es «justa, libre y sana. La más ética y sostenible que puedes comer».
R. Me abruma leer tantas estupideces. No sé qué tiene de ético ni justa el asesinar unos indefensos animales. No tienen la menor posibilidad de salir vivos ante varios cazadores disparándoles con rifles de largo alcance. Y encima tengo que aguantar el recochineo de ver la palabra sostenible, cuando ya he explicado que cada año desaparecen especies por culpa de la caza. Siempre existe la posibilidad de que hayan ingerido algún pesticida u otro compuesto químico procedentes de campos en los que hayan buscado alimento el abuso de este alimento puede conducir a padecer gota, una enfermedad provocada por el exceso de ácido úrico, que sigue existiendo aunque se hable poco de ella. El motivo es que la musculatura produce ácido láctico, sobre todo si durante la cacería el animal ha debido realizar esfuerzos violentos (son perseguidos por perros), y este se transforma en ácido úrico. Por ese motivo se recomienda limitar el consumo a unos 150 gramos y una vez a la semana. Otro problema sobre el que advierten las autoridades es del peligro de que contenga restos de plomo procedente de los proyectiles utilizados para abatirlos. Puede afectar al sistema nervioso, a los riñones y al sistema cardiovascular. Es una de las razones por lo que deberían comer carne de caza ni los menores de seis años ni las embarazadas.
Y aún existe otro riesgo, que es el de haber perforar el intestino del animal con los disparos, lo que propiciaría la extensión de su contenido y la contaminación de la carne.
Además, sirve para alimentar a los más necesitados gracias a las numerosas donaciones de carne que diferentes asociaciones de cazadores realizan por toda España, una labor que ha sido premiada recientemente por la Federación Española de Bancos de Alimentos.
R. El que exista gente que tiene problemas económicos para comprar carne en el súper es problema de los malos políticos que están al mando. Basta con reemplazarlos por gente más competentes y se soluciona rápidamente. Menos carne silvestre y más empleos para esa gente.
La caza previene daños y reduce accidentes
R. Error, la caza no previene daños. Todos los días se producen accidentes automovilísticos sin que el culpable sean los animales que cruzan las carreteras. El ser humano es tan estúpido que sabe pegársela él solito. Por otra parte, basta con instalar un sistema de frenado automático que detecte un obstáculo. También se puede mejorar el diseño de los coches de forma que apenas sufra daños el chasis.
La caza ayuda al desarrollo de los niños
R. Eso es cierto, pero no en el sentido que os pensáis, se desarrolla el instinto de sicópata, asesino y cruel. Justo lo contrario que debería; amor a los animales y a la Naturaleza.
En otros países muchos docentes han encontrado en la caza una herramienta para mostrar la realidad del medio natural y el respeto por él.
R. Solo un bárbaro y salvaje idiota puede ver en la caza algo de respeto. Precisamente asesinar es justo lo contrario de respetar.
Cazar es un derecho de los ciudadanos.
R. En el Paleolítico quizá sea así, pero un mundo sobrepoblado, donde hace siglos que no hay suficientes animales como para que nos podamos alimentar de ellos, y que supuestamente somos mucho más inteligentes, no necesitamos recurrir a cazar animales salvajes, para eso inventamos las granjas, para dejar en paz a los animales silvestres.
Prohibir la caza es restringir nuestra libertad y privarnos de la oportunidad de poner en práctica un comportamiento natural que ha convertido a la humanidad en lo que hoy es.
R. Prohibir la caza es una de nuestras asignaturas pendientes. El descerebrado que dice o piensa que restringe nuestra libertad está muy equivocado. Para empezar, porque jamás hemos tenido libertad para expresarnos, ni para escribir, ni para hacer lo que queramos ni para tener los animales que queramos, ni para ganarnos la vida, ni para vestir como queramos. Entonces ¿de qué libertad están hablando?
En cuanto a lo de tener un comportamiento natural es discutible. Lo natural es no ir por ahí asesinando a diestro y siniestro por capricho.
Respecto a que la caza ha convertido a la humanidad en lo que es hoy es, que alguien me explique en qué se ha convertido. Pues creo que es imposible definirla en una solo palabra. La sociedad es muy compleja, tanto que siempre estaremos en conflicto entre nosotros mismos y el medioambiente.
En otros países como Indiana o Texas este derecho ha sido considerado constitucional para reconocer la importancia que tiene que cualquier hombre o mujer pueda obtener alimento de la naturaleza por sus propios medios.
R. Entre Indiana y Texas hay 6.761.527.941habitantes, si cada uno de ellos ejerciera su derecho a procurarse su propia carne de la vida salvaje acabarían con todos los animales en un solo día y una gran parte de ellos morirían de hambre.
También tiene importantes componentes como el económico, que ayudan a generar riqueza y fijar población en zonas rurales que, de lo contrario, quedaría abandonadas.
R. Dedicarse a la caza por ganarse unos billetes no compensa con los daños medioambientales que esas masacres ocasionan. Por otra parte, hay muchas formas de ganar dinero sin recurrir al asesinato.
En cuanto a la población rural, llevo muchos años abogando por el abandono de asentamientos humanos fuera de las ciudades. Hay que devolver a la Naturaleza los billones de hectáreas que le hemos expropiado a la Naturaleza.
En ese proceso, nuestra condición de predadores hace que el organismo premie esta actividad empleada para satisfacer una de nuestras necesidades básicas: alimentarnos.
R. Hay que ser un auténtico gilipollas para pensar que somos depredadores. Hay que saber distinguir que podemos utilizar armas para defendernos y ser depredadores como cualquier animal que se alimenta de otros seres vivos para poder sobrevivir. Los humanos ya dejamos de hacerlo hace varios millones de años. Es más, dudo que el homo sapiens lo hiera nunca. Pues somos demasiado inteligentes como para depender de cazar otros animales para subsistir.
Y además hace inmensamente felices a nuestros perros
R. Hay infinitas formas de hacer feliz a un perro, y llevarlo de caza es prescindible.
Su autor, asegura que el plomo de los cartuchos contaminan el suelo y el agua citando dos estudios que han sido desautorizados posteriormente nada menos que por la Unión Internacional por la Conservación de la Naturaleza (UICN),
No hay ninguna prueba que evidencie un impacto del plomo sobre las poblaciones de vida salvaje europea
R. Falso, existen cientos de estudios que demuestran lo perjudicial que son las municiones de los cartuchos. Basta con revisar los artículos sobre medioambiente para informarse.