Cárceles superpobladas y con hacinamiento, un problema sin resolver
Hay 100 mil personas detenidas en las 94 unidades de los Servicios Penitenciarios Bonaerense y Federal, pero el 50% no tiene condena firme. Los especialistas resaltan la importancia de los talleres de capacitación laboral, oficios y la posibilidad de estudiar dentro del sistema.
Martes 13 de octubre de 2020
En Argentina, hay más de 100 mil personas alojadas en las 62 unidades del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB) y en las 32 del Servicio Penitenciario Federal (SPF), además de los lugares de detención transitoria. En marzo de 2019, se declaró la emergencia carcelaria en el SPF. ¿Las razones? Sobrepoblación y hacinamiento. Hoy, en plena pandemia, los casos de COVID agudizan una problemática que no encuentra solución desde hace varios años. ¿Es eficaz el sistema carcelario? ¿Qué falla? ¿Cómo se resuelve?
“A fines del año pasado, encontramos una población privada de su libertad sin precedentes. Hubo un aumento muy importante en los últimos cuatro años, nunca se alcanzó una cifra similar. Entre 2015 y 2018, se incrementó en un 30% la cantidad de presos en el país y produjo una sobrepoblación de un 22%. Eso indica que se encarcelan más personas de las que permite el sistema y vulnera los derechos humanos”, expresa Marta Monclús Masó, directora del Observatorio de Cárceles Federales de la Procuración Penitenciaria de la Nación (PPN), desde donde anualmente realizan un informe con datos y estadísticas al respecto.
Para ella, en todo el mundo, el encarcelamiento es “un recurso limitado y muy caro. En ningún lado se encarcela a todas las personas que cometen delitos. El sistema penal es selectivo”. “No podemos seguir forzando el cupo -continúa-, porque de esta forma se genera hacinamiento y las cárceles dejan de cumplir con su finalidad de resocializar y reinsertar, no se aprenden oficios ni tienen la posibilidad de estudiar. Son lugares violentos, donde se vulneran derechos y salen peor de lo que ingresaron”.
¿En qué situación llegó el COVID? “Nos encontró con las cárceles más llenas que nunca”, informa la funcionaria de la PPN. Los datos sobre la cantidad de contagiados no son certeros, pero, según la directora del Observatorio, se estima que hay más de 1.150 infectados y ya se contabilizaron 50 muertos por coronavirus. “Recibimos muchas denuncias de que no se cumplen con las medidas sanitarias, no les dan elementos de higiene, lo cual es histórico, y los barbijos (mascarillas) son solo para quienes deben salir del pabellón”, apunta.
Para Leandro Halperin, legislador porteño, abogado y especialista en el tema, “la situación es complicada, hay poca información y muchos casos de COVID dentro, lo cual complica el panorama aún más”. “No sabemos -indica-, a ciencia cierta, cuántos trabajadores penitenciarios ni cuántas personas privadas de su libertad se contagiaron, así como tampoco en qué condiciones están. No hay información oficial y lo veo con preocupación”.
¿Cómo es estar privado en la libertad y en cuarentena? Alejandro lleva más de ocho años preso en una unidad de la Provincia de Buenos Aires: “Ahora no estamos yendo a trabajar, salimos lo menos posible. Sabemos que hay siete contagiados acá, que están aislados, pero la atención médica es terrible, parecen veterinarios y nos tratan como animales”, se queja. Su denuncia va más allá. “El sistema carcelario está absolutamente corrompido: trabajé en la carnicería, donde llegaban camiones con 20 medias reses, de las cuales 16 se las llevaban en una camioneta para consumo externo. El ‘rancho’, la comida, todo es un asco. Si no tenés una familia que te traiga alimentos y productos de higiene, estás al horno”, resalta.
Para Alejandro, “la cárcel sirve, lo que no sirve es la formación que tienen los empleados”. “Te generan mucho odio y rencor con su trato, por lo que, cuando salís, en vez de estar mejor, estás peor. Adentro ves el robo, la maldad y la violencia y juntás mucho resentimiento”, se queja.
Año a año, desde el Observatorio realizan un informe sobre las condiciones carcelarias. En 2019, se reportaron 427 casos de tortura, 18 muertes violentas y 32 fallecimientos por enfermedades. “Violaciones de Derechos Humanos hay de todo tipo, como golpes, maltratos, aislamiento y falta de atención a la salud, entre otras”, aclara Monclús Masó, doctora en Derecho por la Universidad de Barcelona. La sobrepoblación vuelve la situación incontrolable y la violencia se torna una herramienta cotidiana para el control del espacio.
Las causas del hacinamiento son varias. Una de ellas es la falta de sentencia firme de un 50% de los presos. “Es un problema histórico y señala el mal funcionamiento del sistema judicial. Porque tener a la mitad de las personas sin condena significa que hay un abuso de la prisión preventiva o muchas demoras en el juzgamiento. Esto trae consecuencias muy graves, además de la sobrepoblación. A estas personas no se les aplica un tratamiento penitenciario ni avanzan en la progresividad, que es la mejor forma para lograr que puedan retornar a la sociedad con redes y acompañamiento, como prevé la ley. Significa que salen de prisión sin orientación, sin saber de recursos para acceso a la vivienda u oficios”, afirma la directora del Observatorio.
18/01/2023
1 Comment
Rubén Torres
6 meses agoUna de las consecuencias que tiene la explosión demográfica. Por ese motivo en Latinoamérica + del 32% se encuentran sumidos en la pobreza (13,1 %) se encontrarán en pobreza extrema.
Argentina tiene 47.327.107 de habitantes en 2022, la mayoría de ellos no tienen la suerte de tener un buen sueldo, por lo que se inclinan por delinquir.
Por esa razón las cárceles están repletas, y como la población crece mucho más deprisa que los puestos de trabajo la situación va a peor. Así pues, uno de los objetivos prioritarios de los gobernantes de Argentina (y de todos los demás países) para no ser condenados a trabajos sociales por un tiempo no inferior a 25 años sería conseguir que su población disminuya hasta los 10.300 habitantes (sin contar los turistas) en los cuatro años de mandato. En el caso de los argentinos deben deshacerse de 32.408 personas diarias durante esos cuatro años.
Pero hay que hacerlo con criterio. Por ejemplo habría que seguir un orden para emular a la ley de la Naturaleza, algo muy importante que ningún gobernante ha sabido hacer para evitar que ahora se tenga que volver a cometer otro genocidio más. Por lo tanto en este planeta sobran estas clases de personas empezando por: los enfermos mentales, los tetrapléjicos, los que tengan cáncer, los mancos, invidentes, asesinos, violadores sin justificación, los violentos/agresivos, los que han hecho bulling, los toreros, los traficantes de animales, los pirómanos, todos los políticos no resolutivos, los prestamistas usureros, los proxenetas, la gente sin hogar, los cazadores, los pescadores de arrastre, los cazadores, los pescadores con caña, los que no respeten las vedas o las tallas mínimas, los comerciantes de pescado que vendan tallas inapropiadas, los que destruyan los bosques o selvas, los que están desempleados sin medios de ganarse la vida, los que tengan animales en malas condiciones. Una vez eliminadas esas clases de gente citadas se pasaría a seleccionar a los demás haciéndoles tres preguntas que además deben explicar su respuesta; ¿Qué se produjo primero, la gallina o el huevo? ¿Crees que existe Dios u otro ente divino? ¿Qué harías con un millón de dólares? Según sus explicaciones serán útiles o no.