Andalucía, Aragón y Castilla y León realizaron un mapeo de 25 conflictos mineros en toda España a cargo de un proyecto europeo con tres millones de euros de presupuesto.
Viernes 28 agosto 2020
Las administraciones públicas -que están sujetas al deber de neutralidad e imparcialidad- investigaron, compilaron y analizaron información sobre grupos que se oponen a determinados proyectos mineros y sobre los que esas mismas administraciones deben tomar decisiones.
Ecologistas en Acción y otros 30 colectivos europeos han exigido a la Comisión Europea que realice una auditoría y que se diriman responsabilidades.
Ecologistas en Acción y otras 30 organizaciones 1 de Bosnia, Finlandia, Grecia, Irlanda, Portugal y Eslovaquia han denunciado ante la Comisión Europea el proyecto MIREU (Regiones Mineras y Metalúrgicas de Europa). Entre los objetivos de MIREU se encontraban crear una base de datos sobre la aceptación social de la minería, y compartir conocimientos y experiencias sobre cómo convencer a la población para que no se oponga a determinados proyectos mineros.
En nuestro país el proyecto ha realizado un mapeo con 25 estudios de casos de conflictos mineros repartidos por el territorio. Para ello, se recogió información detallada sobre las plataformas ciudadanas y organizaciones ecologistas que se oponían a dichos proyectos.
Entre ellos, se incluyeron numerosos proyectos en Extremadura (como la mina de litio de la sierra de Cáceres y la de cobre de Alconchel), Castilla y León (que incluía el proyecto de uranio de Retortillo o la de wolframio de Barruecopardo, ambos en Salamanca), Galicia (como los fracasados proyectos de Touro y Corcoesto), Asturias (con el proyecto de oro en Salave) o Andalucía (entre los que destaca la mina de Cobre Las Cruces, en Sevilla).
Ecologistas en Acción, organización a la que se hace referencia en varios conflictos, ha denunciado el hecho de que administraciones y entes públicos, sujetos al deber de neutralidad e imparcialidad, se dediquen a investigar, compilar y analizar información sobre grupos que se oponen a determinados proyectos mineros y sobre los que esas mismas administraciones deben tomar decisiones.
Así ocurre con la Junta de Castilla y León, responsable de proyectos polémicos como el de uranio en Retortillo o la Junta de Andalucía, en relación a la mina de Cobre Las Cruces (entre otras).
También en el Gobierno de Aragón, con el caso de ‘Mina Muga’, un proyecto de extracción de potasas en el entorno inestable del embalse de Yesa, cuyas competencias comparte con el Gobierno central y el foral de Navarra a través de un convenio de encomienda y que ya ha recibido Declaración de Impacto Ambiental favorable del ministerio. En todos estos proyectos ha intervenido Ecologistas en Acción, bien presentando alegaciones o bien interponiendo acciones judiciales.
Los socios españoles del proyecto, financiado con tres millones de euros de fondos europeos, no son otros que las consejerías de industria de Andalucía y Castilla y León (responsables por los departamentos de minas), así como el Instituto Aragonés de Fomento, la Sociedad de Investigación y Explotación Minera de Castilla y León, y la Fundación ICAMCyL (Centro Internacional de Materiales Avanzados y Materias Primas de Castilla y León), entidades vinculadas a las respectivas administraciones autonómicas.
Por este motivo, Ecologistas en Acción se ha unido a otras organizaciones europeas para pedir a la Comisión que realice una auditoría del proyecto, independientemente de las acciones que se puedan iniciar en relación a las administraciones y entes públicos involucrados para pedir responsabilidades.
Asimismo, Ecologistas en Acción se ha dirigido a los responsables del proyecto, manifestando su disconformidad y ha exigido que se facilite la información recogida sobre los colectivos ecologistas y las plataformas ciudadanas.
Fuente: Ecologistas en acción
21/09/2020
1 Comment
Rubén Torres
4 meses agoPor una parte reconozco que hay minerales que se precisan para no quedarnos rezagados con la tecnología, pero para extraer uranio no hay excusa. Dado que con el aluminio y el agua salada se puede obtener tanta energía que se precise. Pero también es necesario imponer una condición a la hora de firmar la licencia de extracción; que se comprometan a dejar tal como estaba el terreno antes de empezar las obras. En caso de que el lugar estuviese ya deteriorado por las acciones humanas, las tendrán que mejorar con la ayuda de expertos medioambientales.
Otra condición es que deben contratar al menos un 60% de mano de obra de gente reclusa, con el fin de conmutar las penas de prisión por trabajo (cobrando un 30 % menos que los demás).
Encerrar a las personas es de bárbaros, las prisiones no ayudan a que las personas sean mejores, más bien dañan su personalidad, pierden el empleo, los amigos, no pueden seguir educando a sus hijos, no pueden ayudar con la economía a su familia, y un largo etc.