20 agosto, 2025

En World Wide Water, diseñamos un utensilio de terracota de baja tecnología que es simple y accesible para todos, promoviendo el acceso al agua potable a través de la destilación de agua de mar.

  • Agua potable desde agua de mar.
  • Bajo coste, sin electricidad.
  • Terracota artesanal y local.
  • Ideal para zonas con estrés hídrico.
  • Proyecto premiado y en expansión.

En World Wide Water se ha diseñado un utensilio de terracota de baja tecnología para destilar agua de mar y transformarla en agua potable. Su sencillez y accesibilidad permiten que cualquier persona, sin importar su ubicación o recursos, pueda obtener agua segura. El objetivo es claro: dar autonomía a las comunidades más afectadas por la crisis hídrica.

Qué hace

Este desalinizador de bajo coste utiliza materiales accesibles y técnicas tradicionales para potabilizar el agua de mar mediante un proceso de destilación térmica. Concebido como una solución local, no solo combate el estrés hídrico, sino que también fortalece el empleo artesanal y la producción regional

Frente a soluciones industriales caras y dependientes de tecnología avanzada, este sistema propone una respuesta descentralizada, viable y sostenible, especialmente útil en islas, zonas rurales o contextos de emergencia humanitaria.

La inspiración

La idea nace de una observación muy concreta: en Martinica, una isla rodeada de agua salada, las interrupciones en el suministro de agua potable son frecuentes. Esta contradicción—tener agua por todas partes pero no poder beberla—fue el detonante. A esto se suma la crisis climática, que intensifica las sequías, y una mala gestión de los recursos hídricos en muchas regiones del mundo.

inspirado por experiencias vividas en contextos de ayuda humanitaria, el proyecto responde a una pregunta fundamental: ¿Cómo garantizar el acceso al agua sin depender de sistemas centralizados, complejos o costosos?

Cómo funciona

El dispositivo se basa en un principio simple: calentar el agua salada para que se evapore y luego condensar ese vapor en una superficie fría. El agua, al evaporarse, deja atrás las sales y otras impurezas. El diseño incluye:

  • Un recipiente central donde se coloca el agua de mar.
  • Una fuente de calor (puede ser fuego, gas o electricidad).
  • Una tapa cónica que favorece la condensación.
  • Un segundo contenedor donde se recoge el agua destilada.

Todo está fabricado en cerámica refractaria, un material resistente al calor y ampliamente disponible. La forma del utensilio, optimizada por ensayo y error, mejora la eficiencia del proceso sin necesidad de piezas móviles ni mantenimiento técnico especializado.

Este enfoque “low-tech” se apoya en la autoconstrucción y la reparación fácil, alejándose del modelo de “solución mágica” importada, para ofrecer una herramienta robusta y adaptable.

El proceso de diseño

El camino hasta el prototipo actual fue todo menos lineal. Tras un primer intento manual fallido, se realizaron modelos 3D, maquetas de cartón y finalmente prototipos en cerámica. La evolución del diseño se basó en pruebas reales y colaboración con artesanos y técnicos locales.

Se fabricaron modelos de 1 litro y 5 litros, pensando en distintos contextos: uso doméstico, escuelas rurales, o incluso pequeños centros de salud. El último prototipo, hecho mediante moldeo semi-industrial, está pensado para facilitar la producción a escala, sin perder su esencia artesanal.

Este proceso ha demostrado que la combinación de investigación técnica y saberes tradicionales puede dar lugar a soluciones sorprendentemente eficaces.

Qué lo hace diferente

A diferencia de las plantas desalinizadoras industriales, que requieren grandes inversiones, energía constante y mantenimiento especializado, esta solución:

  • Se puede fabricar localmente.
  • No requiere electricidad.
  • Se entiende y repara fácilmentepor cualquier persona.
  • Promueve la economía local, el empleo artesanal y los circuitos cortos.

Más que un objeto, es un modelo de soberanía hídrica a pequeña escala, pensado para resistir crisis, funcionar en contextos precarios y dar poder real a las comunidades más vulnerables.

Este enfoque ya ha demostrado su valor en regiones como el Sahel, el sudeste asiático o América Latina, donde el acceso al agua limpia sigue siendo un desafío diario.

Planes a futuro

El proyecto busca ahora alianzas estratégicas para escalar la producción, mejorar la eficiencia térmica del sistema y adaptarlo a otros climas o contextos culturales. El interés del mercado indio, por ejemplo, ofrece una primera ventana de validación comercial.

A medio plazo, se plantea la colaboración con ONGs e instituciones públicas en programas de acceso al agua. Además, el desarrollo de manuales de uso, formación para comunidades y talleres de fabricación local podrían acelerar su implementación.

Potencial

Este tipo de soluciones tienen un potencial real y urgente. En un contexto de creciente inseguridad hídrica, provocada por el cambio climático, la urbanización descontrolada y la contaminación de acuíferos, tecnologías como ésta pueden:

  • Reducir la dependencia de redes centralizadas, muchas veces frágiles o corruptas.
  • Facilitar la resiliencia climáticaen comunidades costeras o rurales.
  • Disminuir la huella de carbonoal evitar transporte y tratamiento industrial del agua.
  • Educar en sostenibilidad, al vincular el acceso al agua con el trabajo local y el conocimiento ancestral.
  • Fomentar la equidad, al ofrecer una herramienta que no depende del poder adquisitivo.

World Wide Water no solo propone una manera alternativa de obtener agua, sino también una visión más justa y autónoma del desarrollo. Una visión donde cada comunidad pueda ser protagonista de su bienestar, con medios reales y al alcance de su mano.

Vía World Wide Water | James Dyson Award

Más información: www.behance.net

https://ecoinventos.com/world-wide-water/

1/09/2025