El apagón se concentró en el sistema eléctrico peninsular
Evolución de la generación eléctrica en el sistema eléctrico español diferenciando entre Península, Baleares y Canarias
Los aeropuertos funcionan con algunas incidencias gracias a los grupos electrógenos de contingencia que tiene cada aeropuerto. Aena pide a los pasajeros que antes de desplazarse al aeropuerto “consulten con la aerolínea, porque podría haber incidencias en los accesos y los medios de transporte terrestres”. Por la megafonía de Barajas instan a vigilar las pantallas. El aeropuerto madrileño sigue teniendo luz, pero muchos vuelos están sufriendo hasta dos horas de retraso. Proceden de distintos puntos de Europa: Italia, Alemania o Francia, pero también de México o Argentina.
Mientras, centenares de pasajeros se agolpan en las paradas de autobús de la Terminal 1. Durante las últimas horas los taxis habían decidido no salir del aeropuerto ante los fuertes atascos que congestionan las carreteras de acceso a Madrid, pero cerca de las 15.30 han comenzado retomar los viajes.
Vuelos con retraso en Barajas.
Hospitales abiertos, pero bajo mínimos
“Los centros que conforman la red hospitalaria mantienen el suministro energético mediante grupos electrógenos, que además cuentan con suficiente reserva de combustible para mantener la atención sanitaria sin ningún inconveniente”, ha informado el Ministerio de Sanidad. “No hay constancia de ninguna incidencia grave derivada del apagón en el suministro eléctrico”. En Galicia están todos los hospitales funcionando con generadores, según han señalado a esta redacción fuentes del Gobierno gallego. En Castilla-La Mancha, fuentes oficiales también confirman normalidad en los centros hospitalarios gracias a grupos electrógenos. El Servicio de Emergencias 112 autonómico ha pedido a la ciudadanía que solo llame “en caso de urgencia o emergencia con riesgo para la vida”.
En el hospital del Mar de Barcelona “no ha habido alteraciones”, explican fuentes del centro a elDiario.es. Los generadores han permitido seguir con la actividad prevista y no se ha suspendido ninguna visita ni intervención quirúrgica programada. Como funcionan con combustible, podrían seguir operando con normalidad, aunque la situación se alargase, explican. Incluso algunos de los ordenadores han seguido funcionando, por lo que se ha podido dar paso a los pacientes y programar nuevas citas.
La situación ha sido muy distinta en los Centros de Atención Primaria. En el CAP de Casc Antic, por ejemplo: “Ni ordenadores, ni ascensores, ni pruebas, no podemos hacer nada”, cuenta Teresa, médica del centro. Asegura que sólo pueden realizar atenciones de urgencia “y siempre y cuando sean cosas sencillas, como suturas o curas”.
Muchas farmacias han cerrado sus puertas por la imposibilidad de acceder a las recetas electrónicas para expender los medicamentos. Y se enfrentan al desafío de la conservación de ciertos fármacos. Andrea y Toni tienen suerte y pueden poner a resguardo la insulina en la farmacia barcelonesa en la que la han comprado. Pero a dos calles, otra farmacia se lamenta: “No tenemos más neveras que las que van conectadas a la corriente. Tenemos unas cuatro horas hasta que se empiecen a estropear medicamentos”.
El hospital Clínico de Madrid, a oscuras.
En León, un helicóptero sanitario que atendía a una urgencia tuvo que aterrizar en un supermercado Mercadona, porque el helipuerto oficial establecido en el propio Hospital de León estaba inoperativo.
Varios hospitales de Madrid han desalojado sus instalaciones, salvo los pacientes que estén ingresados y aquellos que entren por las urgencias. “La orden es que tiene que salir todo el mundo”, aseguran en uno de los puntos de información del hospital universitario Clínico San Carlos, uno de sus grandes centros hospitalarios.
Las sanitarias se arremolinan en la puerta, desconcertadas y esperando que no llegue ningún paciente muy grave. Las áreas críticas están funcionando a través de generadores autónomos, pero “tienen una duración de unas horas”. “Va a haber daños colaterales seguro”, aseguran. No se trata solo de los aparatos que necesitan electricidad para operar o hacer pruebas sino del sistema del hospital, donde están indicados los tratamientos de los pacientes. Ninguna de esta información se puede consultar.
La dirección de la Fundación Jiménez Díaz, a solo unos metros, ha informado de que las cirugías y las consultas con el especialista programadas quedan suspendidas, aunque “se mantiene la atención en todos los servicios críticos”. También se ha dado orden de pasar a papel toda la información relativa a los pacientes ingresados para continuar dándoles atención. Desde el momento del apagón el personal ha reunido a los pacientes más graves de la UCI, aquellos que necesitan respiración mecánica asistida, en una misma sala para garantizar el suministro eléctrico. Han quitado la monitorización al resto para reducir al máximo el gasto eléctrico.
Gente en las terrazas y pilas agotadas
Turistas y viandantes han ocupado las terrazas del centro de Madrid. Pero a modo de bancos, porque ninguno está tomando nada. Los datáfonos no funcionan y los bares han tenido que cerrar. “Mientras no se solucione yo no puedo volver a mi casa, así que me he sentado aquí a esperar”, dice José Luis, sentado en la mesa de un restaurante. Mientras, pasa por la plaza de Callao parte de la manifestación convocada para esta tarde en defensa de la universidad pública y contra la gestión de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. “De momento, sigue convocada. Para protestar no necesitamos luz”, dice uno de los asistentes.
“Dada la caída generalizada de electricidad en varios países, esta tienda funciona con normalidad, pero el restaurante solo dispone de platos fríos”, comunican los trabajadores de Ikea a los clientes a los que el apagón ha pillado dentro.
Las calles dejan estampas contradictorias: las de quienes han decidido resistir y quedarse en las terrazas aprovechando el sol y trabajadores que vuelven a casa, radio en mano. “En cuanto nos mandaron a casa, aproveché para comprar una radio y pilas por el camino. Me gusta mucho la radio, pero siempre la escucho en el móvil”, cuenta un joven que camina con la radio pegada a la oreja.
Una ferretería gallega en la que rápidamente se agotaron pilas y radios analógicas tras el apagón.
Las tiendas de telefonía se han llenado de gente en busca de radios, baterías y pilas, confirman varios dependientes, que nunca imaginaron este aluvión. “Quería una radio de esas”, señala una mujer en un pequeño establecimiento de Lavapiés, que permanece medio a oscuras. No ha acabado de comprar y ya ha entrado otra chica para pedir pilas.
Por otro lado, las sucursales bancarias no se encuentran operativas. A oscuras y con cajeros apagados, los responsables se mantienen a la espera de respuestas sin poder prestar ningún servicio, una situación que se reproduce por toda la España peninsular.
Muchos comercios permanecen abiertos, pero no pueden realizar ventas: “No podemos ni cobrar con tarjeta”, se queja una comerciante del centro de Toledo. “Ya no estamos acostumbrados a llevar efectivo”, comenta en la puerta una mujer a otra. “Imagínate la gente joven que lleva todo en el móvil”, zanja antes de retirarse.
Frente a un centro de salud en el centro histórico de la ciudad, los empleados de un supermercado Carrefour intentan impedir el paso de los clientes que no paran de llegar. No pueden cerrar la puerta, que funciona con electricidad, al igual que el resto de los comercios de las calles más concurridas, en los que los trabajadores se han convertido en improvisados guardias de seguridad.
El comercio tradicional ha funcionado a medio gas y a la antigua usanza por el apagón. En el mercado de Santa Caterina de Barcelona, Ana y Ramon han seguido cortando algún bistec, pero advertían a los clientes de que, si no tenían gas, poco podrían cocinar. La pareja de carniceros ha recuperado la antigua báscula de pilas (las dos eléctricas no iban) y la calculadora. Y han cobrado solo en efectivo, ya que el apagón ha dejado inservibles los datáfonos y el ordenador. “Si metemos la carne que tenemos en el mostrador en la cámara frigorífica, podrá aguantar todo el día, después ya no sabemos”, explicaban.
https://www.eldiario.es/politica/espana-sufre-apagon-electrico-pais_1_12253286.html
1/05/2025
1 Comment
Rubén Torres
1 semana agoAl leer este artículo refleja lo vulnerables que estamos los españoles ante unos políticos ineptos.
Hace varios años que vengo advirtiendo que habría que implementar mi nuevo orden mundial, pues las guerras, los genocidios, los grandes incendios, la esclavitud, la censura, el encarcelar a la gente, el pagar impuestos y un montón de injusticias más se inician en las ideas de los políticos. Entonces, solo tenemos la alternativa para revertir esas miserias; que se implemente ya mi nuevo orden mundial. De haberlo hecho, jamás se hubiese producido ese apagón ni todos los problemas que he mencionado y los que me he dejado en el tintero por citar.