Estos residuos radiactivos estaban en al menos 1.000 bidones, a unos 1.000 km de las costas de Galicia. ¿Cuál es el riesgo?

   por Azucena Martín

26 de junio de 2025

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Un proyecto internacional de mapeo submarino ha propiciado el hallazgo de al menos 1.000 bidones llenos de residuos radiactivos. Se encontraban a 4.500 metros de profundidad, en frente de las costas de Galicia. Posiblemente se depositaron allí entre 1950 y 1990, por considerarse un lugar seguro. ¿Pero realmente lo era?

Habrá que esperar a que se siga investigando la zona. De momento, ni siquiera se han podido fotografiar los bidones. Solo se han localizado mediante un sónar de alta precisión. El siguiente paso, por lo tanto, será tomar fotografías y recoger muestras biológicas y sedimentarias de los alrededores. Así, verán si la radiactividad está afectando a los ecosistemas.

Esta detección forma parte de un proyecto mucho más grande, dirigido a localizar el mayor número posible de bidones con residuos radiactivos depositados en el fondo marino entre 1950 y 1990 por países como Suiza, Holanda, Bélgica y Reino Unido. En ese periodo, el fondo abisal se consideraba un lugar idóneo para depositar estos residuos tan difíciles de ubicar. Ya se han encontrado una gran cantidad de bidones, pero esto parece solo la punta del iceberg. De hecho, solo frente a las costas de Galicia es posible que haya mucho más de 1.000. Habrá que seguir buceando para saberlo.

¿Cómo se desechan los residuos radiactivos?

Los residuos radiactivos, normalmente procedentes de centrales nucleares, deben desecharse con mucho cuidadoSegún la Agencia Internacional de Energía Atómica, el primer paso siempre es el procesamiento de los residuos.

Por ejemplo, puede ser necesario reducir su tamaño, troceándolos o triturándolos. Después, debe reducirse el volumen de residuos radiactivos, separándolos de los componentes que realmente no lo son. En función de la naturaleza de los residuos, se puede recurrir a la incineración de desechos sólidos o la evaporación de desechos líquidos. Por último, se acondicionan para que puedan transportarse de forma segura. Esto se hace mediante técnicas como el encapsulamiento o solidificación en cemento, bitumen o vidrio, o el reenvasado en contenedores especiales.

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Ya solo queda depositar esos residuos. Normalmente se hace en almacenes dispuestos para ello. En España, por ejemplo, suele usarse el almacén de El Cabril, ubicado en Hornachuelos, Córdoba, desde 1992. Allí se depositan los residuos radiactivos de muy baja, baja o media actividad, que suponen el 95 % de los que se generan en este país.

Según el Foro Nuclear, el almacén del Cabril está compuesto por barreras de ingeniería (contenedores y celdas de hormigón) y barreras naturales y artificiales (capas de cobertura) que aíslan de forma segura los residuos radiactivos durante el tiempo necesario para que se conviertan en sustancias inocuas.

Aquí no pueden depositarse residuos de alta actividad, pues esos deben depositarse a medio plazo antes en unas piscinas de acero ubicadas en las propias centrales nucleares. Una vez que pierden parte de su actividad, ya sí podrían dirigirse a El Cabril. 

¿Por qué se han encontrado bajo el mar?

En el pasado todo esto no estaba tan regulado. A falta de almacenes dispuestos para ello, los residuos nucleares solían dejarse bajo el fondo marino, en zonas estables geológicamente, de difícil acceso y con poca actividad volcánica o sísmica que pudiese poner en peligro la integridad de los bidones. Sin duda, el punto en el que se han encontrado estos residuos radiactivos cumplía con las condiciones. No obstante, no podemos saber si realmente su estancia en este punto submarino ha sido inocua.

¿Cómo han encontrado los residuos cerca de Galicia?

Este descubrimiento forma parte del proyecto Nodssum, realizado a bordo del buque L’Atalante y dirigido por el geólogo marino Javier Escartín y el físico Patrick Chardon. Dicha embarcación dispone del robot submarino Uly X, que ha sido responsable del hallazgo. Este es solo uno de los muchos descubrimientos que esperan obtener en las llanuras abisales europeas.

Durante las décadas antes mencionadas se convirtieron en un objetivo muy habitual para el depósito de residuos radiactivos. Es importante detectar el nivel de peligro que eso supone y, sobre todo, buscar soluciones. Esperemos que no sea demasiado tarde para los ecosistemas, tanto de Galicia como de otras partes del mundo.

https://hipertextual.com/2025/06/residuos-radiactivos-costas-galicia

10/07/2025