3 Diciembre 2019
En todo el mundo, según la Agencia Internacional de la Energía, la energía solar fotovoltaica no representa más de un uno por ciento del suministro y, aun así, no cabe duda de que es una tendencia imparable. Desde 2016, es la fuente de energía con mayor crecimiento mundial.
Tanto es así que la fabricación de células fotovoltaicas ya consume el 40% de la producción del teluro del planeta, el 15% de la plata y gran parte del cuarzo. También consume una parte considerable de la producción de indio, zinc, galio y estaño. Y es una demanda que no parece que vaya a dejar de crecer.
Y, claro, a hombros de promesas de energía limpia, abundante y barata a veces se nos olvida hacernos algunas preguntas. La más evidente es… ¿A dónde van las células fotovoltaicas cuando mueren? Y, lo que es peor, ¿Qué vamos a hacer con ellas?
Ya, ya. Todos somos conscientes de que estamos hablando de un problema allá en el horizonte. Al fin y al cabo, estos sistemas tienen una vida media de décadas y, precisamente por eso, puede parecer un problema que se proyecta en el futuro lejano. Sin embargo, a poco que hacemos cuentas, la pregunta por el futuro de las células se vuelve más pertinente que nunca.
Según calculaban Dustin Mulvaney y Morgan D. Bazilian hoy por hoy todos los desechos electrónicos (móviles, portátiles, etc…) constituyen unos 45 millones de toneladas métricas al año, pero, en 2050, solo los desechos de las células solares serán el doble de esa cantidad. Es decir, el problema estará encima de la mesa antes de lo que sospechamos.
El problema es que, pese a que hay intentos de diseñar células reciclables, la inmensa mayoría de la industria está en otra carrera. En la de hacer crecer la fotovoltaica instalada sin pensar en este tipo de problemas. Por su lado, los gobiernos tampoco tienen en mente endurecer las regulaciones (centrar como están en hacer reducir las emisiones cuanto antes).
Esto, que parece razonable por el contexto energético actual, es precisamente lo que nos hace sospechar que tendremos un problema aún mayor en el futuro. Y también lo que garantiza que con el «fin de los materiales baratos», la minería urbana tendrá la responsabilidad de sostener una buena parte del mundo tecnológico. Es decir, como explican Dustin Mulvaney y Morgan D. Bazilian, lo que estamos perdiendo es un tiempo precioso que podíamos invertir en no generar problemas que aún no sabemos resolver.
Imagen | Zbynek Burival, Science In Hd
6 Comments
Rubén
2 años agoAnte noticias como esta, siempre aparecen los sabelotodo diciendo sandeces.
biturrizar
2 años ago3 Dic. 2019, 16:36
Bueno, de momento tampoco es tan terrible. Se dimensionan un poco mejor las estructuras de soporte, y cuando se alcance el final de los paneles, se poner otra capa encima, y otra década o más, en tanto aparece una solución. Así no se envían a países recolectores de basura.
Rubén Torres
2 años agoEs lo mismo que hacen la gente cerda, que esconden debajo de la alfombra la porquería que han barrido
canterano
2 años ago3 Dic. 2019, 13:40
Sin duda un tema que hay que tener en cuenta, pero que esto no sirva para echar mierda a las renovables, sobretodo por parte de políticos y sus intereses y de esas personas sadomasoquistas que les gusta respirar humo y veneno y que son pro petroleo y pro coches…los desechos hay que tenerlos en cuenta, pero la energía solar tiene que ser imparable.
Miguel A. G.S.
2 años ago3 Dic. 2019, 18:04
Claro, claro… no ensuciamos NUESTRO aire. Ensuciamos el aire de quien fabrica los paneles y las aguas de TODO el mundo, porque los contaminantes se filtran y acaban en todas partes.
Entre los residuos de los paneles, los de las baterías, los de las palas de los aerogeneradores… en unos años vamos a vivir sobre montañas de basura «ecológica».
Eso no significa que me guste la situación actual. Sólo significa que tenemos que buscar mejores soluciones. Y la más eficaz, creo yo, es buscar la forma de consumir cada vez menos energía, para no necesitar recursos que la produzcan.
Rubén
2 años agoHay tantos comentarios de donde he extraído estos comentarios que he desistido de copiar más puesto que a cual es más absurdo. Más bien se parece a un debate a ver quién la dice más gorda (la idea más estúpida). Si todos estos descerebrados en vez de ver partidos de fútbol o cualquier otra bobada que se les antoje, leyeran más temas sobre ciencia, ya sabrían que se ha logrado captar la energía oscura, es infinita y no contamina. Además, se podrá enviar a cualquier distancia del mundo e incluso, fuera de él. Por lo que todos esos cabestros que aún creen en las renovables, tienen los días contados.