Casi extinto, congelado cuarenta años
Por Javier Mariscal C. El 8 Sep. 2020
Los mamuts se extinguieron hace miles de años. Sin embargo, quedan vestigios notables de su existencia. Algunos, incluso, congelados en excelente condiciones. Pero claro, jamás podrían volver a la vida. ¿O acaso sí? El caballo clonado de restos congelados, una cría Przewalski, nos da una idea del futuro. Y es una esperanza para especies en peligro de extinción. Se clonó con material genético criopreservado hace 40 años.
El caballo clonado de restos congelados, un ejemplar Przewalski, es un hito genético.
Refrescando los genes
Este potro fue llamado Kurt. Es un ejemplar importante desde el punto de vista genético. Lo remarca Bob Wiese, zoólogo de la organización sin ánimo de lucro San Diego Zoo Global.
«Esperamos que traiga de vuelta a una importante variación genética para el futuro de los caballos Przewalski», aseveró. La población de esta especie habitaba las estepas. Disminuyó drásticamente después de la Segunda Guerra Mundial. Influyó la caza, la pérdida del hábitat, los inviernos severos.
Algunos ejemplares todavía pueden verse en los zoológicos. La última vez que un caballo Przewalski fue avistado en la naturaleza salvaje sucedió en 1969. Se desarrolló un programa cuyo objetivo era criar a esta especie en cautiverio. Gracias a su implementación, ahora casi 2.000 ejemplares viven en el mundo.
El proyecto podría conducir al fenómeno conocido como cuello de botella poblacional. Es decir, la población de esta especie podría tanto recuperarse como extinguirse. ¿Por qué extinguirse? Porque los ejemplares que participaron en el programa son escasos. Eran 12. Y representaban una pequeña diversidad genética de la especie. Así, una población tiene menos posibilidades de adaptarse a los factores de estrés o a los cambios en su entorno. Es probable que las especies pierdan ciertos rasgos de su población, lo que reduce aún más su diversidad.
El hecho supone una esperanza para esta especie en peligro, y para muchas otras.
De tal palo, tal astilla
Kurt nació a partir de material genético de un caballo Przewalski que vivió entre 1975 y 1988. Se llamaba Kuporovic. Su genoma tenía una ascendencia única y ofrecía una mayor variación genética que cualquier ejemplar. Por ello, en 1980 los científicos tomaron una muestra de su material genético. Se preservó en el zoológico congelado de San Diego.
El embrión de Kurt, producido por los científicos, fue implantado en un caballo doméstico. El caballo clonado de restos congelados nació sano. La cría fue apodada en honor al fundador del zoológico congelado, Kurt Benirschke.
Kurt es una esperanza para especies en peligro de extinción. Demuestra que un material genético preservado puede ser válido a largo plazo. Previamente los científicos habían clonado toros a partir de unas muestras congeladas hace 13 años.
La empresa Revive & Restore, participó en la crianza de Kurt. Espera que un día su experiencia acumulada en este ámbito permita clonar al mamut de la tundra. Se trata de una especie de la familia de los elefantes que se extinguió hace miles de años. Sí, hay una gran diferencia entre 40 y 4.000 años. Pero el caso de Kurt representa un pequeño paso hacia adelante. El objetivo de renacer a los mamuts no parece ya tan lejano.
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1/09/2022