Una nueva investigación revela que los flujos de orina globales por sí solos podrían aportar el 25% del potasio que se utiliza actualmente en fertilizantes.

  Por Emma Bryce

15 de agosto de 2025

 

A nivel mundial, los excrementos humanos constituyen una enorme fuente de nutrientes sin explotar. Ahora, un nuevo estudio de perspectiva plantea que el biocarbón podría ayudar a liberarla.

El artículo de PNAS muestra que los desechos humanos contienen más de 20 mil millones de kilogramos de nitrógeno, casi 3 mil millones de kilogramos de fósforo y 6 mil millones de kilogramos de potasio al año. La orina por sí sola contiene el equivalente al 17 % de las necesidades anuales mundiales de nitrógeno y hasta el 25 % de la demanda de potasio.

Los investigadores creen que extraer estos valiosos nutrientes agrícolas de los productos de desecho podría ayudar a construir una poderosa bioeconomía circular de nutrientes: los alimentos se convierten en desechos, lo que ayuda a producir alimentos nuevamente, en lugar de descartarse y perderse.

Pero la orina revela especialmente el desafío de liberar este increíble recurso: llegar a lo valioso implica encontrar la manera de procesar el líquido, en gran cantidad. Aquí es donde entra en juego el biocarbón, un producto seco rico en carbono que se obtiene calentando materia orgánica a temperaturas muy altas en un ambiente desoxigenado mediante pirólisis.

Bajo la alta temperatura de la pirólisis, se queman grandes cantidades de humedad, lo que podría reducir el peso de los desechos humanos entre un 85 % y un 90 %. También puede reducir su volumen hasta en un 90 %, según los investigadores. En conjunto, esto facilitaría el almacenamiento de los nutrientes y abarataría su transporte.

Las tasas de recuperación también son impresionantes, según la perspectiva, que señala que es posible extraer entre el 96 % y el 100 % de nutrientes como el fósforo y el potasio de los residuos. Por otro lado, el proceso de pirólisis puede eliminar eficazmente contaminantes como patógenos y residuos farmacéuticos, con la única excepción de los metales pesados.

“Cualquier enmienda del suelo debe ser examinada minuciosamente para detectar contaminantes, incluyendo patógenos, PFAS y metales pesados [como el cadmio]”, afirma Johannes Lehmann, profesor de la Escuela de Ciencias Vegetales Integrativas, Ciencias del Suelo y Cultivos de la Universidad de Cornell y autor principal de la perspectiva. Lehmann añade: “De hecho, la contaminación por cadmio en los fertilizantes comerciales extraídos de minas es mayor que en el biocarbón de excretas”.

Lehmann afirma que el proceso de elaboración de biocarbón no consume mucha energía. «La pirólisis es un proceso exotérmico que genera energía, no la consume… Puede que necesites una cerilla para encender el fuego, pero una vez encendido, libera energía, que se percibe en forma de calor». Por lo tanto, tiene el potencial de producir nutrientes para fertilizantes con una huella de carbono menor en comparación con los métodos tradicionales.

Más de 20 países tienen más nutrientes disponibles en los excrementos humanos de los que utilizan actualmente como fertilizantes minerales: esto muestra la escala de nutrientes que se pueden aprovechar, lo que también podría aliviar la presión sobre otras reservas, por ejemplo, las de fósforo, cuyas reservas están disminuyendo.

Los fertilizantes convencionales son un recurso distribuido de forma desigual en todo el mundo, por lo que la producción de nutrientes agrícolas a partir de desechos humanos es una forma de lograr que este recurso sea ubicuo y se distribuya de forma uniforme. Una bioeconomía de residuos más localizada y circular también protege a la agricultura de impactos globales como la guerra y el comercio, que pueden interrumpir las cadenas de suministro de fertilizantes convencionales.

La conversión de desechos humanos en alimento para cultivos aún presenta importantes desafíos, entre ellos la resistencia pública. «Los tabúes son un obstáculo difícil de superar», afirma Lehmann. Sin embargo, podría ser posible con una regulación favorable y métodos para reducir el coste de la comercialización del biocarbón.

Lehmann espera que, con la ayuda de perspectivas de investigación como la suya, la recolección de residuos se integre en la sociedad, ya sea a través de infraestructura de reciclaje de residuos en hogares, plantas de tratamiento de aguas residuales municipales o incluso baños de recolección de residuos en festivales de música.

“Espero que se convierta en una práctica común reciclar residuos ricos en nutrientes, especialmente excrementos humanos, como fertilizante para los cultivos”.

 

 

Fuente: Lehmann et. al. “ Biocarbón en la economía circular de bionutrientes ”. PNAS. 2025.

Imagen: ©Anthropocene Magazine

https://www.anthropocenemagazine.org/2025/08/from-flush-to-field-biochar-could-turn-human-waste-into-a-fertilizer-goldmine/?utm_source=rss&utm_medium=rss&utm_campaign=from-flush-to-field-biochar-could-turn-human-waste-into-a-fertilizer-goldmine

20/08/2025