Texto: Manuel Torralba
Las carreteras, como es sabido, lo alteran todo. Cambian las pautas de los asentamientos humanos, aceleran la destrucción de los hábitats naturales, favorecen la difusión de enfermedades y abonan el terreno por el choque entre culturas.
Ya existe una carretera que atraviesa Madre de Dios. Por ella se transporta combustible, pasajeros de Cuzco a Puerto Maldonado, a través de Los Andes, madera y pasajeros de Puerto Maldonado a Cuzco. Mucha gente que viajan en camión son emigrantes de las empobrecidas poblaciones andinas. Hoy el trabajo está en la Amazonia, y la razón es la caoba.
La caoba no siempre ha sido el gran negocio de la zona. A finales de los ochenta y durante los noventa, el oro la superaba. Pero desde la caída de los precios del oro en el mercado mundial, la madera ha sido el motor de la economía en Madre de Dios.
En la búsqueda del árbol, los madereros invaden las tierras protegidas por el gobierno, donde los bosques están repletos de campamentos madereros ilegales. Aunque la venta de esa madera es ilegal, las sumas de dinero en juego son enormes, y los pocos funcionarios que deberían hacer cumplir la normativa medioambiental en la zona, son fácilmente sobornables.
Pese a ser la capital de Madre de Dios, Puerto Maldonado tiene el ambiente polvoriento de un asentamiento fronterizo. Situado en la confluencia de dos ríos, ha sido centro de caucheros, recolectores de nueces de Brasil, mineros de oro y, ahora de leñadores.
Madre de Dios, se encuentra en la región sur oriental del territorio peruano, tiene una superficie de 85 182,63 Km² que representa el 6,6% del territorio Nacional y el 15,3 % de la región selva.
Esta región, fue conocida como Antisuyo durante el Imperio Inca, ha tenido una historia de extracción de recursos naturales, que empezó con el boom del caucho, y recientemente la explotación del oro, finalmente exploración de hidrocarburos. A pesar de toda esta actividad, sin embargo el 98% del territorio está comprendido de bosques vírgenes. Es el territorio con la densidad poblacional más baja de Perú, 60,000 habitantes en 80,000 km2 (19,768,400 acres) de selva.
Madre de Dios cuenta con tres áreas protegidas: el Parque Nacional Manu y su Zona Reservada, la zona Reservada Tambopata-Candamo y el Parque Nacional Bahuaja-Sonene. Juntos comprenden 3.5 millones de hectáreas (8,648,500 acres) de ecosistemas de selva amazónica protegida, y representa la más grande y más rica área para la biodiversidad en el mundo. Últimamente se han creado dos Zonas adicionales La Reserva Comunal Amarakaeri, y la Zona Reservada de Purus con extensiones similarmente grandes.
Respecto a las Comunidades nativas Existen 5 grupos lingüísticos y mas de 30 etnias dispersas por todo el departamento, una parte de ellos vive separada de los clanes originales y se han mezclado con la población foránea, pero aun se conserva buena parte de quienes viven en sus reservas o comunidades. También existen varios grupos que aún no han sido contactados, ellos habitan la zona norte del departamento y no desean tener contacto por temor a nuestras armas y enfermedades. Son grupos nómades, actualmente existe un movimiento liderado por el CAR (Comisión Regional del Ambiente de Madre de Dios) para declarar dicha zona como área de reserva, para permitir la supervivencia pacífica de estos grupos y evitar que se talen y depreden los recursos de sus bosques.
El grupo étnico Harankbut fue el último en integrarse al mundo occidental, eso ocurrió a partir del año 1954. Nunca fueron vencidos por los caucheros. Actualmente es posible conocer sus territorios y visitarlos organizando una expedición de 1 día desde Puerto Maldonado hasta la Comunidad Nativa Amarakaeri.
PeatoNet, Una red de personas: Resultados de la búsqueda de Madre de Dios