Las siembras estaban afectando este ecosistema ubicado dentro de la reserva forestal Cuenca Alta del Río Bogotá, en donde está prohibido el desarrollo de estas actividades.
Cerca de 50 hectáreas se vieron afectadas por estos cultivos. Foto: CAR
En un operativo conjunto entre la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR), la Policía y la Alcaldía de La Calera, se evidenciaron unos cultivos de papa (patatas) ilegales. Los sembrados tenían una extensión aproximada de 50 hectáreas y estaban afectando un ecosistema ubicado en la reserva forestal Cuenca Alta del Río Bogotá, donde hay zonas de páramo y subpáramos. En estos lugares está prohibido el desarrollo de estas actividades.
Las siembras fueron descubiertas en la vereda Santa Helena, en el municipio de La Calera, en el sector El Peñón. El desarrollo de esta actividad estaba afectando varias fuentes hídricas de la zona. Por esta razón, la CAR adelantará el trámite sancionatorio ambiental.
“Continuamos ejerciendo nuestra autoridad ambiental, buscando evitar que actividades como esta, que están prohibidas en zonas de páramo, sigan afectando nuestros recursos, especialmente fuentes hídricas; como lo evidenciamos con estos cultivos intensivos desarrollados dentro de la reserva forestal Cuenca alta del río Bogotá”, indicó Sandra Riveros Barbosa, directora de la oficina regional Bogotá – La Calera de la CAR.
Estas actividades están prohibidas en zonas de páramo. Foto: CAR
Es importante anotar que, respecto a los usos del suelo en zonas de páramo, no está permitido ningún tipo de actividad agropecuaria, dado que esto hace que se remueva la cobertura de vegetación nativa y se afecten estos ecosistemas fundamentales para la conservación del agua.
11/11/2020
1 Comment
Rubén Torres
3 años agoSi existiese un mínimo de justicia en ese país, a los descerebrados que han destrozado esas 50 Ha. se les debería sancionar con una cuantía equivalente al sueldo medio de lo que gana un operario en un año por cada hectárea arrasada. Si no dispone de ese monto, que todos los familiares contribuyan a pagarla. Además, deberían obligarles a restaurar todo el daño causado. Quizá alguien piense que es injusto que los familiares deban pagar. Pues lo cierto es que seguramente ellos estarían enterados de a qué se dedican los involucrados, por lo que se convierten en cómplices.
Una forma de reforestar es comenzar por hacer fotos aéreas del ecosistema más cercano, averiguar qué especies vegetales hay en esa zona para después intentar recrearlas. Para ello se debe hacer un mapa a escala sobre un gran papel. Después se clavan unas estacas numeradas en el terreno arrasado. En cada estaca corresponde a una especie de árbol o planta. A continuación se va a la zona verde y se intenta arrancar con su cepellón correspondiente las plantas o arbolitos, para no dañar demasiado la zona, se debe dejar 10 – 15 metros de las plantas arrancadas. Cuando se tienen unas cuantas se trasplantan en el sitio donde está la estaca correspondiente. Por supuesto, deberán preocuparse de regarlas y de protegerlas contra el ataque de animales o de plagas. Con esto se consigue un buen escarmiento a todo aquel que atente contra la Naturaleza. Pues sabe que no solo será su ruina, sino, la de todos sus familiares.