Orgullo de la persona que tiene en un alto concepto sus propios méritos y un afán excesivo de ser admirado y considerado por ellos.
Cosa que solo sirve para mostrar riqueza, lujo o poder y que carece de valor moral. La vanidad se define como la creencia excesiva en las habilidades propias o la atracción causada hacia los demás. Es un tipo de arrogancia, engreimiento, una expresión exagerada de la soberbia. De acuerdo a la teología cristiana clásica, la vanidad consiste en depositar la confianza en forma excluyente en las cosas mundanas, lo que hace que el hombre no necesite de Dios. Es considerado muy a menudo como el «vicio maestro».
La vanidad: ¿Cuáles son los rasgos de una persona vanidosa?
Por Marta Guerri
A continuación, te mencionamos cuáles son los principales rasgos de las personas vanidosas y soberbias:
Creen que están en lo cierto constantemente Las personas vanidosas, puesto que vienen marcadas por cierto narcisismo (y el narcisismo no es más que la creencia de estar en lo cierto por el simple hecho de ser quien se es), suelen creer que tienen razón en todas las discusiones que tienen. Es por ello que, con frecuencia, las personas soberbias y vanidosas tratan de argumentar y defender sus puntos de vista mediante falacias de autoridad… ¡Poniéndose a sí mismos como autoridad!
Prestan atención a su imagen pública (aunque no lo hacen notar)
La vanidad y la soberbia están directamente relacionadas con la opinión que los demás tienen, por lo que el feedback que un vanidoso recibe de las demás personas es algo fundamental para su autoestima. Sin embargo, al mismo tiempo, tratan de aparentar indiferencia ante lo que opinan los demás, y esto lo hacen por dos razones: La primera, que sabe que la naturalidad se valora positivamente; la segunda, que interés por lo que opinan los demás implicaría debilidad.
Se enfadan fácilmente
Puesto que tratan de fingir una versión idealizada de ellos mismos, es difícil comunicarse con ellos sin que surjan fricciones. Cualquier pequeño detalle puede provocar un enfado monumental, por discutir algo que, para ellos, es fundamental en su disfraz. Por ejemplo, si no se les presta la suficiente atención en un grupo, inconscientemente, el vanidoso buscará alguna razón para enfrentarse con alguna persona del grupo y, de esta forma, conseguir atención.
Se expresan de forma teatral
La mayoría de personas soberbias y vanidosas se expresan de una forma completamente teatral. Es decir, cuando hablan, gesticulan de una forma que casi parece sacada del mundo de las artes escénicas. Esto lo hacen para captar la atención del otro, porque una persona vanidosa y soberbia, como ya has podido ver hasta ahora, es una persona que necesita constantemente de la atención y de la validación de los demás.
Instrumentalizan a los demás
La vanidad tiene cierta relación con el narcisismo, y el narcisismo tiene cierta relación con la psicopatía (puesto que se considera que el único importante es uno mismo y los demás están cosificados, como si fueran objetos para satisfacción propia). Esto, evidentemente, no tiene por qué significar que tu amigo el vanidoso sea un asesino en serie. Tranquilo. Sin embargo, sí es posible que tenga algún rasgo psicopático y tienda a tratar a los demás para su propio beneficio, sin interesarse por ellos como personas.
Competitividad en redes sociales
El mundo de las redes sociales ha permitido que el vanidoso tenga mucho más recorrido, y aquí hay que detenerse un poco más que en los puntos anteriores, porque hay varios aspectos interesantes a tener en cuenta. En primer lugar, hay que señalar que las redes sociales han permitido que haya más vanidosos. ¿Por qué? Pues por la sencilla razón de que muchas personas tratan de construir esa versión idealizada de sí mismos en las redes sociales. Y, claro, si construyes una versión idealizada de ti mismo en la calle, habrá otras personas que te bajen los humos constantemente, recordándote que no eres esa persona que dices ser. En cambio, en las redes sociales las personas lo tienen mucho más fácil: Si alguien les cuestiona esa imagen idealizada de sí mismos, pueden bloquear a esa persona, y se acabó el problema. Pueden seguir con el personaje. Por lo tanto, hay muchos más vanidosos. Pero, más allá de que haya más vanidosos… ¿Cómo se comportan? Pues, básicamente, compitiendo por el número de seguidores, creando estrategias para ganar más visibilidad y construyendo un escaparate. A diferencia de la gente normal, no utilizan sus redes para comunicarse con otros. Para que te hagas una idea, se comportan como lo haría una persona famosa, con la diferencia de que no lo son. Es por ello que resulta muy sencillo identificar a una persona vanidosa en las redes sociales. Es la típica persona que llegas a su perfil y piensas “Debe ser algún famoso que no conozco”. Y, cuando investigas un poco, ves que no, que es una persona normal y corriente que actúa como un famoso. Dicho sea de paso: En ocasiones, estas personas pueden tener una gran tracción en redes sociales, de tal forma que acaban siendo famosos por actuar como famosos. Pero estos son solamente una minoría. Como puedes ver, la vanidad es un rasgo de personalidad bastante frecuente y que va mucho más allá del simple estereotipo que socialmente se le ha dado al término. Los rasgos de las personas vanidosas suelen ir muy relacionados con el narcisismo y la megalomanía.
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18/07/2020