La plata coloidal aniquila más de 650 especies de microbios patógenos en minutos.

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Desde principios del pasado siglo XX se sabe que ninguna bacteria, virus, hongo, levadura o microbio puede vivir en un líquido en el que haya una sola partícula de plata. Dicho metal los aniquila al contacto en sólo minutos. De ahí que la plata coloidal obtenida por electrólisis de plata pura en agua destilada se considere uno de los más potentes y eficaces germicidas naturales conocidos y se le otorgue la denominación de superantibiótico. Sin efectos secundarios adversos a las dosis adecuadas, sin interaccionar con otros medicamentos y sin provocar reacciones de rechazo o alérgicas. De ahí que por su gran eficacia, por la rapidez con la que actúa y por su inocuidad se considere hoy a este antiguo remedio una especie de segundo sistema inmune del que puede disponer el cuerpo humano.

A pesar de la capacidad de investigación y especializaron de la industria farmacéutica la experiencia demuestra que los microorganismos acaban desarrollando resistencia a sus sofisticados y carísimos antibióticos lo que reduce o incluso anula su eficacia. Y ante esta realidad un número creciente de expertos aboga por la vuelta a un germicida considerado infalible, a un clásico de la Medicina natural cuyo uso se fue abandonando progresivamente a mediados del siglo pasado por el empuje de los antibióticos modernos, económicamente más lucrativos pero de cuestionable eficacia en muchos casos. Hablamos de la plata coloidal que tras décadas de olvido está siendo rescatada como remedio increíblemente eficaz en la prevención y tratamiento de enfermedades infecciosas. ¿Sus avales? Su inigualable capacidad germicida frente a más de 650 especies de microorganismos patógenos y el hecho contrastado de que ante su presencia cualquier microbio es eliminado de forma tan rápida que le es imposible generar mecanismos de resistencia. Se trata, en suma, de un remedio eficaz, natural, sin efectos secundarios a las dosis adecuadas y además, es asequible. Puede ayudarnos a prevenir numerosas enfermedades infecciosas y a recobrar la salud.

UN REMEDIO ANTIQUÍSIMO

El uso antibiótico de la plata data de civilizaciones tan antiguas como la griega y la romana que también utilizaban este metal para elaborar utensilios de cocina o recipientes donde almacenar y servir el agua. Así lo recoge el historiador y geógrafo griego Heródoto (484-425 a.C.) –considerado «el padre de la Historia”- quien en sus escritos narra que, donde quiera que fuera, el rey Ciro de Persia llevaba consigo una mula que transportaba recipientes de plata llenos de agua hervida y que sólo bebía de ellos. Y es que, según parece, ya entonces sabían que la plata inhibe el crecimiento de los microorganismos que estropean los alimentos, las bebidas… y el cuerpo de humanos y animales. Ésa es, asimismo, la explicación de la costumbre de los primeros pobladores del Oeste americano que introducían un dólar de plata en los recipientes con leche para facilitar su conservación y evitar el crecimiento de hongos y bacterias. De hecho en la actualidad se sigue confiando en la capacidad de la plata coloidal para eliminar una amplísima gama de organismos patógenos lo que la hace única para añadirla a los alimentos y mejorar su conservación-. Incluso para potabilizar el agua. Una propiedad que la ha convertido en herramienta de -permítasenos la licencia- utilidad extraterrestre ya que los rusos la utilizan para esterilizar el agua reciclada a bordo de las estaciones espaciales y la NASA eligió un sistema de tratamiento de aguas a base de plata coloidal para el puente aéreo espacial.

En cuanto a su uso terapéutico se tiene constancia de que tanto la Medicina Tradicional China como la Medicina Ayurvédica han usado la plata -bien sola, bien combinada con otras sustancias- como remedio para prevenir y tratar infecciones y como tónico rejuvenecedor para pacientes debilitados por alguna dolencia o, simplemente, por la edad. Para esta última tradición médica la plata es muy eficaz en el tratamiento de afecciones hepáticas y la usan también para «refrescar mente, emociones y cuerpo en padecimientos tales como neuritis y neuralgia, inflamaciones de las membranas mucosas, enfermedades del sistema reproductor y mentales. Es asimismo afrodisíaca y útil en casos de debilidad«.

Por lo que respecta a Occidente hasta la década de los años 40 del siglo pasado era común entre los médicos el uso de la plata coloidal para el tratamiento de decenas de enfermedades cuyo origen fueran virus, bacterias u hongos (vea las Indicaciones de la plata coloidal en el recuadro aparte) así como para ayudar a cicatrizar heridas y quemaduras. Sin embargo, el aumento del precio de la plata y los costes de producción así como el desarrollo de otro tipo de antibióticos más rentables llevarían a este germicida natural a un rincón olvidado del que desde hace aproximadamente cuarenta años intentan rescatarlo médicos y profesionales de la salud de todo el mundo. Y gracias a ellos la plata coloidal empieza a ocupar de nuevo el lugar que nunca debió perder como antibiótico de referencia. Ahora bien, el camino no es fácil pues su vuelta se enfrenta al todopoderoso establishment de la industria farmacéutica, nada interesado en que un producto tan económico, eficaz y fácil de utilizar esté al alcance de todos.

PARTÍCULAS EN SUSPENSIÓN

Las investigaciones realizadas en las últimas décadas han revelado que mientras antiguamente el cuerpo humano obtenía una cantidad elemental -y necesaria- de plata a través de la ingesta de frutas y verduras frescas en la actualidad la sobreexplotación de los suelos y la degradación de sus minerales -en porcentajes que incluso superan el 80%- ha hecho que carezcamos de este metal esencial. Pero, ojo, porque no se trata de la mera carencia de un nutriente: los expertos señalan que la deficiencia de plata es uno de los factores que han hecho aumentar drásticamente los desórdenes del sistema inmune humano en los últimos años. De ahí que se postule la necesidad de tomar plata en su forma coloidal para suplir ese déficit y prevenir numerosas dolencias, especialmente las causadas por microorganismos patógenos.

Pero, ¿qué es la plata coloidal? Pues, en pocas palabras, plata y agua. Más concretamente, minúsculas partículas de plata cargadas eléctricamente que se encuentran en suspensión (recordamos en este punto al lector que los líquidos más importante del cuerpo humano son coloidales, es decir, compuestos por partículas ultrafinas en suspensión) y se obtienen por electrólisis de plata pura en agua destilada (es imprescindible que la plata sea 100% pura y el agua destilada pues si no es así la mezcla podría dar lugar a efectos adversos como úlceras o coloración de la piel). De esa forma se desprenden partículas microscópicas de plata que se mantienen en suspensión gracias a la diminuta carga eléctrica de cada una de ellas. Afirman los expertos que este minúsculo tamaño aumenta considerablemente la reactividad de la plata con los organismos unicelulares con los que entra en contacto de tal forma que éstos -ya sean bacterias, virus, etc.- se «tragan» las partículas de plata, algo que -como explicamos más adelante- acaba propiciando su eliminación en apenas unos minutos. Y también a su tamaño extremadamente pequeño (entre 0,01 y 0,001 micrones de diámetro) se debe a que puedan penetrar más fácilmente en cualquier tejido y viajar a lo largo del cuerpo multiplicando su eficacia terapéutica.

Eso sí, quede claro -también para los médicos que aún los confunden- que en todo momento hablamos del coloide de la plata (obtenido por un método fisicoquímico) y no del oligoelemento plata (que se obtiene por métodos químicos). Este último es el que, por sobredosificación, puede provocar argiria o manchas de color gris oscuro que tiñen de forma permanente la piel y las membranas mucosas. En cuanto a la plata coloidal no se conocen efectos secundarios cuando ésta se elabora en la concentración oportuna, no se han descrito casos de interacción con otras sustancias, no produce adicción ni intolerancia y los estudios demuestran que no se deposita bajo la piel sino que pasa a través del tracto digestivo hasta eliminarse por completo a través de las heces. Lo único que se deberá tener en cuenta -además de otras indicaciones que pueda darle el profesional de la salud al que consulte antes de iniciar el tratamiento- es que el consumo de plata coloidal puede inducir una deficiencia de selenio que, en todo caso, será fácil de corregir introduciendo en la dieta alimentos ricos en este mineral como el trigo, las nueces o las pipas de girasol. Por lo demás, la plata coloidal es insípida, inodora, no tóxica, segura durante el embarazo y la lactancia e, incluso, se puede utilizar de forma tópica para lavar los ojos o las fosas nasales de los bebés.

UN AUTÉNTICO «SUPERANTIBIÓTICO»

Investigaciones recientes llevadas a cabo en universidades y centros de investigación de todo el mundo han podido confirmar los hallazgos de nuestros ancestros e, incluso, ampliar el listado de sus bondades e indicaciones. Y así, hoy se considera que la plata coloidal:

Es un potente germicida de amplio espectro.

Ya en 1914 la revista The Lancet publicó los resultados de un estudio llevado a cabo por el doctor Henry Crookes con plata coloidal que demostró que es altamente germicida e inofensiva para el cuerpo humano. En aquel artículo el investigador norteamericano afirmaba: «No conozco ningún microbio que no haya podido ser eliminado en laboratorio con plata coloidal en un lapso de 6 minutos. Sin efectos secundarios negativos aun utilizando las concentraciones más altas» Pues bien, recientes investigaciones realizadas en la Universidad de California de Los Ángeles (UCLA, Estados Unidos) confirman que bastan esos 6 minutos -a veces menos- desde el contacto con la plata coloidal para que el germen muera. Lo que hace la plata coloidal es inactivar las enzimas que las bacterias, hongos, virus, levaduras y otros microorganismos usan para su metabolismo del oxígeno; es decir, consigue inutilizar el pulmón químico de dichos parásitos y de sus formas pleomórficas o mutantes y eliminarlas incluso en su etapa de huevos. Por ese motivo, al contrario de lo que ocurre con los antibióticos sintéticos, el microorganismo no puede desarrollar mecanismos de resistencia ni ningún tipo de mutación que le permita escapar de la acción germicida de la plata.

Luego las células del sistema reticuloendotelial -que es parte del sistema inmune- logran expulsar del cuerpo los gérmenes ya muertos. Por tanto, la plata coloidal funciona como un catalizador ya que su sola presencia hace que muchos microorganismos causantes de enfermedades infecciosas no puedan respirar y mueran asfixiados. Y lo hace con unos ¡650 tipos diferentes de gérmenes! Entre ellos, como demostró en 1988 el doctor Larry C. Ford -investigador de la Escuela de Medicina de la citada universidad californiana-, los streptococcus pyogenes, staphylococcus aureus, neisseria gonorrea, garnerella vaginalis, salmonella typhi y otros microbios patógenos entéricos así como la candida albicans, la candida globata y la malassezia furfur por citar sólo algunos. De ahí que el doctor Harry Margraf -bioquímico e investigador de la Universidad de Saint Louis (Estados Unidos), colaborador de la Universidad de Washington y pionero en la investigación de la plata- llegara a afirmar: «La plata coloidal es, sin duda, el mejor y más versátil combatiente de gérmenes que tenemos«.

Además, al contrario que los antibióticos sintéticos -que destruyen las enzimas y bacterias benéficas-, la plata coloidal no provoca daño alguno ni a las enzimas ni a ningún otro componente del organismo humano. Y es así porque sólo ataca las enzimas de formas de vida unicelulares que son radicalmente diferentes a las de los organismos pluricelulares. Sin olvidar que dentro del cuerpo humano la plata coloidal no forma compuestos tóxicos ni reacciona con otra cosa que no sea la enzima metabolizadora de oxígeno de un germen unicelular. Por tanto, no puede causar rechazos o alergias de ningún tipo.

Constituye un segundo sistema de defensas.

La plata coloidal no sólo elimina los virus, bacterias y demás gérmenes capaces de hacernos enfermar sino que además fortalece nuestro sistema inmune y nos ayuda a prevenir numerosas dolencias, especialmente las de tipo infeccioso. Así lo afirmaba ya a finales de la década de los 70 del siglo pasado el doctor Robert O. Becker -cirujano ortopédico investigador en Medicina durante más de 30 años y considerado uno de los padres de la Electromedicina y la Electroquímica así como uno de los pioneros en el resurgir de la plata en aplicaciones médicas- que constató una correlación entre los valores bajos de plata en el cuerpo y los estados de enfermedad y fue el primero en afirmar que “la deficiencia de plata es responsable del funcionamiento incorrecto del sistema inmune«. En 1978 Becker publicaría un estudio en el que se podía leer: «Gracias a la investigación de ‘mente abierta’ la plata coloidal está emergiendo como una maravilla de la medicina moderna. Un antibiótico puede matar quizás a una docena de organismos patógenos diversos pero la plata mata alrededor de 650 y sin que se generen mutaciones resistentes. Es más, además de acabar con los microorganismos causantes de decenas de enfermedades la plata coloidal estimula de forma notable el sistema de defensas del cuerpo humano«. Y es que, como han corroborado investigaciones posteriores, tomada diariamente la plata coloidal proporciona, por su gran efectividad y por la rapidez con la que actúa, un verdadero «segundo sistema de defensas» que produce energía, vitalidad y vigor, reduce las toxinas del cuerpo (al aumentar el fluido y drenaje linfático lo que mejora la oxigenación, la regeneración de las células y el flujo de energía en el cuerpo), provoca una significativa elevación de glóbulos blancos en la sangre y genera una rápida sensación de alivio. Además, se ha constatado que no afecta a las bacterias benéficas del intestino grueso porque la plata coloidal -en dosis normales- se absorbe en los primeros metros del intestino delgado. Y como no interactúa con ninguna sustancia del cuerpo no puede causar alergia o rechazo. Es más, según investigaciones de la Brigham Young University (Utah, EEUU) la plata coloidal elimina el VIH, presunto virus causante del Sida. Y aunque la FDA norteamericana no permite aún el uso del coloide de plata para tratar esta enfermedad ha autorizado ya su uso en las derivadas de un VIH activo.

Ayuda a eliminar las células tumorales.

El doctor Bjorn Nordestrom -del Instituto Karolinska de Estocolmo (Suecia)- viene utilizando desde hace décadas la plata coloidal para el tratamiento del cáncer con resultados sorprendentes. De hecho ha publicado varios casos de rápida remisión en pacientes desahuciados. Peor suerte corrió el intento del ya citado doctor Becker que a principios de la década de los 80 del pasado siglo XX empezó a investigar la posible capacidad de la plata coloidal para inhibir la mutación de células cancerosas y dejó de inmediato de recibir subvenciones públicas hasta que, finalmente, se vio obligado a cerrar su laboratorio sin concluir sus investigaciones. Otros, como el doctor Gary Smith -pionero en la investigación del cáncer-, llegó a afirmar tras años de estudio que «cuando la plata está presente las células cancerosas son diferenciadas y el cuerpo restablecido. De ahí que posiblemente una deficiencia de plata sea una de las muchas razones de que exista el cáncer y de que aumente tan rápidamente”.

Promueve la curación de heridas y quemaduras.

De hecho se usa en las unidades de quemados de los principales hospitales por ser considerado como un potente antiséptico y un efectivo reparador de los tejidos. Y es que se ha contrastado que evita la infección, acelera el proceso de cicatrización y atenúa las cicatrices o marcas posteriores a las heridas o quemaduras.

Estimula el crecimiento de los huesos.

A finales de los años 70 del siglo pasado el ya mencionado doctor Robert O. Becker descubrió, mientras estudiaba la capacidad de regeneración de los tejidos humanos, que la plata coloidal promueve el crecimiento del hueso. Y observó que además eliminaba las infecciones circundantes sin dañar los tejidos sanos y reducía en un 50% el tiempo de convalecencia en casos de fracturas.

Supone una ayuda durante el embarazo y para el feto.

Se ha comprobado que la plata coloidal favorece el crecimiento y la salud del feto y hace que el parto y la recuperación de la madre sean más fáciles y rápidos.

A todo lo dicho hay que añadir que ayuda a aliviar la inflamación, mejora la digestión y es un reconstituyente general del organismo. De hecho muchas personas que la toman a diario afirman sentirse más jóvenes. La explicación está, según los expertos, en que el cuerpo, gracias a las propiedades preventivas e inmunopotenciadoras de la plata coloidal, puede utilizar sus energías para otras tareas distintas a luchar constantemente contra la enfermedad.

En suma, la plata coloidal es una alternativa totalmente natural, segura, barata, eficaz y sin efectos secundarios; y además es efectiva contra las cepas microbianas que son resistentes a los antibióticos convencionales.

MÚLTIPLES USOS

En cuanto a las posibilidades de aplicación la plata coloidal resulta especialmente versátil. Así, se puede ingerir, emplear para hacer enjuagues (a fin de prevenir o tratar infecciones bucales) o gargarismos, para limpiar heridas o quemaduras (al contrario que otros antisépticos no produce dolor al ser aplicada sobre cortes o abrasiones), para tratar tópicamente la piel en caso de acné, verrugas, pie de atleta, etc., o para lavar los ojos (incluso los de los bebés) en casos de conjuntivitis y otras formas de inflamación e infección ocular. También se puede usar vaginal o analmente, atomizada por la nariz (así la plata coloidal llega más rápidamente al foco infeccioso cuando se padece bronquitis o infecciones pulmonares), vaporizada o como desodorante puesto que la mayor parte del mal olor de pies o axilas es causado por las bacterias que metabolizan las sustancias excretadas por las glándulas sudoríparas y la plata coloidal las elimina por completo.

En cuanto a la dosis lo más adecuado es que la establezca un profesional de la salud atendiendo a las particularidades de la persona y discriminando si el uso es como preventivo o para el tratamiento de alguna dolencia específica. En todo caso, lo aconsejado en un adulto es coger 10 gotas con un cuentagotas –es imprescindible que tanto éste como el envase que la contenga sean de cristal pues el plástico no conserva la plata en suspensión al anular con su carga electrostática la de la plata coloidal- y dejarlas actuar debajo de la lengua durante un minuto. Se recomienda hacerlo por la mañana -en ayunas- y esperar 5 minutos antes de ingerir alimentos o bebidas.