29 Septiembre 2022
Albert Sanchis @asanchisull
Desde que el Gobierno de Reino Unido ha dado a conocer el mayor recorte de impuestos desde 1972 (con pocos detalles sobre cómo piensan financiarlo), la libra se ha desplomado a su nivel más bajo frente al dólar y el coste de asegurar la deuda se ha disparado al nivel más alto desde 2016, con el Banco de Inglaterra viéndose obligado a intervenir por el temor en torno a los fondos de pensiones. El país se encuentra al precipicio de una crisis financiera de grandes magnitudes que amenaza con acelerar una recesión. Y claro, los propietarios de viviendas y las empresas van a ser quienes acaben pagando el precio.
Menos impuestos, más deuda. La decisión de la Primera Ministra, Liz Truss, de aplicar el mayor recorte fiscal en 50 años y cubrirlo con préstamos justo en un momento de gran inflación (su máximo en cuatro décadas) ha sacudido los mercados. Y ha suscitado la preocupación de los economistas del mundo, que básicamente defienden que la política fiscal no debería funcionar a la contra de la política monetaria. Estas medidas elevarán el déficit presupuestario del país al 4,5% del PIB a medio plazo, según Bloomberg, poniendo la carga de la deuda en un camino farragoso.
Cómo se financiará, la duda de todos. El plan del Gobierno, ambicioso donde los haya, quiere anular la última subida del impuesto de sociedades, destopar los bonus a los altos banqueros y una reforma a la baja en el impuesto sobre la renta. Este «acto de generosidad fiscal», sin fondos, tiene muchas dudas. Principalmente, el gobierno aún tiene que responder a cómo cubrirá los préstamos para financiar los recortes de 45.000 millones de libras y más de 60.000 millones adicionales para su programa destinado a compensar el reciente aumento en las facturas de energía.
El Banco de Inglaterra, al rescate. La institución se ha visto obligada a lanzar una intervención de urgencia para intentar estabilizar los mercados financieros y frenar la caída de la libra. Ha anunciado que comprará bonos a largo plazo, previsiblemente hasta el 14 de octubre. «Las adquisiciones se producirán de un manera ordenada y fluida, hasta que se considere que los riesgos para el funcionamiento del mercado han disminuido», advirtió.
Lo hacen porque si la situación en este mercado empeorara, habría un riesgo importante para la estabilidad financiera del país y ante su clara volatilidad, cuya rentabilidad ha pasado del 3,84% al 4,43% en apenas dos días. Además, como defensa ante el riesgo cada vez mayor de que otros sectores se contagien, como un posible encarecimiento de las hipotecas que ya afecta a los hogares y a las empresas.
Crisis en el mercado inmobiliario. Mientras, los británicos se enfrentan a un aumento en los costes de los préstamos, algo que podría desencadenar una crisis inmobiliaria y agudizar una recesión. Entre otros efectos, la caída de la libra y el aumento de los tipos de interés podría provocar una caída del precio de las viviendas de un 10% a un 15%, en contraste con la imninente subida de las hipotecas. Los analistas ya advierten de que se trataría de un derrumbe inmobiliario comparable al de la crisis de 2008.
«Aún no lo sabemos, pero los tipos llegaran a subir a un 6% o 7% en medio de la crisis del coste de la vida, la situación sería desastrosa. Estamos ante un riesgo real de que la gente pierda su trabajo y después sus casas», advertía Neal Hudson, analista de BuiltPlace en este artículo de Fortune. Ya se están observando las primeras consecuencias: el pánico de las hipotecas ha originado un repliegue por parte de los grandes bancos, que han retirado del mercado más de 360 productos financieros a bajos intereses, ante el temor de un nuevo aumento de los tipos.
El estirón de orejas del FMI. El Fondo Monetario Internacional, que recordemos acudió al rescate de Reino Unido en 1976, ya ha pedido al gobierno que reconsidere sus recortes de impuestos. En primer lugar, considera que la medida es inadecuada en la actual situación inflacionaria en la que nos encontramos y, en segundo lugar, sostiene que «probablemente incrementará la desigualdad» al favorecer a los ricos.
Por eso, recomienda al Gobierno británico «sopesar formas de brindar un apoyo más específico y reevaluar las medidas fiscales, especialmente aquellas que benefician a las personas con altos ingresos». Sin embargo, su ministro de Economía, Kwasi Kwarteng, defiende su estrategia de crecimiento, basada en bajar impuestos sobre todo a los ricos y a las empresas. La razón versa en el cambio de ruta del partido, que cree que acierta en considerar que la recesión es un mal mayor que la inflación y acusan al FMI de promover políticas demasiado convencionales.
Imagen: GTRES
17/06/2023
1 Comment
Rubén Torres
8 meses agoAlbert en este artículo habla de recortes de impuestos; en vez de decir que nunca deberían haber existido.
Dice cómo piensan financiarlo; en vez de decir que a la gente se le debe dar la oportunidad de poder ganar mucha pasta, pues existen muchas formas, pero los gobiernos actuales lo impiden.
Habla de los fondos de pensiones; en vez de decir que nunca debieron existir.
Habla de crisis financieras y de recesión; cuando en realidad con un cambio de leyes es imposible que se produzcan.
Habla de los propietarios de viviendas y de hipotecas. En vez de decir que nadie debería ser el propietario de una vivienda, deberían ser del Estado y permitir que la gente las ocupe de forma gratuita.
Habla de inflación; eso solo se produce si los que gobiernan son idiotas.
Habla de préstamos; un país donde sus políticos son los adecuados no necesita ayuda económica de nadie.
Habla de facturas de la energía, de nuevo nos topamos con la gran cantidad de problemas que genera poner al poder personas no cualificadas. Pues hace siglos que podemos tener tanta energía como necesitemos sin tener que recurrir a las energías renovables ni nuclear. Por lo que debería ser gratuita.
Habla del coste de la vida; en vez de explicar que con las leyes adecuadas los precios de casi todo bajarían bastante. Eso permitirá a la gente a poder disponer de mucho más dinero para invertirlo en otras cosas.
Habla de que la gente pueda perder el trabajo; con el cambio de leyes ni siquiera tendrían que buscar un empleo, ya he explicado que hay muchas formas de ganar mucha pasta.