La lacra que se repite todos los años
Como soy un activista ecologista, no puedo omitir hablar de la lacra que tenemos todos los años en este país; los incendios forestales.
Como ya sabéis, los bosques han existido mucho antes de la aparición de los primeros animales, por lo que “ya sabían” cuidarse solos.
Lo que si es cierto que ICONA metió “la pata” hasta el fondo al repoblar con cantidades enormes de pinos y con especies foráneas como el eucalipto.
Un bosque mediterráneo bien constituido no debería afectarle demasiado los incendios, ya que las demás especies de árboles como las del género Quercus los frenan, además, de que se regeneran por sí solos.
En mi humilde opinión apostaría por mejorar los medios de extinción construyendo más torres de vigilancia, invirtiendo menos en helicópteros con esa capacidad ridícula de agua que apenas apagan nada, pero sí se deberían adquirir muchos más hidroaviones, tantos como para que en una sola pasada se extinga el incendio. Porque sabemos que si el incendio se produce al atardecer y llega la noche, los aviones se retiran hasta la mañana siguiente, pero el fuego sigue su curso, no se detiene. Tampoco los bomberos pueden hacer demasiado en esa situación. Por lo que se debe aunar todos los esfuerzos en apagarlo lo más rápido posible, ya que los bosques son nuestra única salida para combatir la contaminación atmosférica, el efecto invernadero, la desertización.
Una alternativa al sistema actual para apagar los incendios a base de verter agua sería que se fabriquen un prototipo de bomba de CO2, pues como el planeta tiene un grave problema con ese gas por efecto invernadero que causa, he pensado que nos sería útil utilizándolo para extinguir incendios. Imagínense una flota de aviones B-22 lanzando cientos de esas bombas, verían lo rápido que se apagarían las llamas.
Rubén Marcos