Genocidios en la historia, concepto y líderes genocidas
LOS MÁS IMPORTANTES GENOCIDIOS DE LA HISTORIA: Tras medio siglo de debate acerca del significado genocidio, el término ha perdido sus afiladas aristas, pero podemos definirlo como el intento de erradicar un grupo étnico mediante el uso de la violencia. A su vez, etnia como la identidad de un grupo sobre la que no se tiene ningún control. Se nace dentro de ese grupo y compartimos la identidad con la familia y nada puede cambiar a lo largo de lo que ocurra en la vida. El genocidio se refiere a esta identidad, no a la religión, riqueza, educación, creencias políticas, sino a la «genética» o ascendencia de ese grupo.
Genocidios: Albigenense – Indígena – Judío – Armenio – Camboya – Rusia – Ruanda – Japón
Los cananeos: en torno a 1200 a. C. murieron unos 100.000. Según la Biblia, los israelitas, bajo el liderazgo de Josué, cruzaron en tropel el río Jordán y penetraron en Canaán. Por órdenes directas de Jehová, exterminaron sistemáticamente a los habitantes de todas las ciudades que tomaron, empezando por Jericó. La Biblia menciona específicamente que los 12.000 residentes de una ciudad fueron aniquilados, y a continuación prosigue con la lista de otras ocho ciudades que fueron destruidas a conciencia en la misma campaña.
Los madianitas: más de 60.000 mujeres y muchachos fueron asesinados en torno a 1250 a. C. Por orden de Moisés, los israelitas mataron a todos los hombres, muchachos y mujeres casadas madianitas, dejando tan sólo a 32.000 muchachas solteras para ser repartidas como botín de guerra.
Los cartagineses: en la caída de Cartago en 146 a. C.13 murieron 150.000. Durante la tercera y última guerra entre Roma y Cartago, los romanos capturaron la ciudad madre y la quemaron hasta los cimientos. Masacraron a los hombres y vendieron a las mujeres como esclavas. Como el hecho de matar y esclavizar a la población entera es demasiado corriente, leyendas posteriores añaden que los romanos sembraron la tierra con sal para que nada pudiera volver a crecer allí.
Los dacios: como estimación aproximada, es posible que murieran unos 100.000 desde 101 hasta 106 d. C. Tras conquistar la tierra natal de estas 800.000 personas, los romanos vaciaron el territorio, se llevaron a medio millón de cautivos y los reemplazaron por colonos romanos. Dacia (Rumanía) dejó de existir, y el lugar pasó a llamarse «Romanía», Tierra de los Romanos, con habitantes que hoy en día hablan una lengua descendiente del latín. La conquista está arrogantemente ilustrada con morboso detalle en la Columna de Trajano en Roma.
Los guanches: todos los 80.000 pobladores fueron exterminados entre 1402 y 1520.
Estos habitantes nativos de las Islas Canarias han sido denominados «el primer pueblo arrojado al abismo de la extinción por el imperialismo moderno».
La conquista de América (1492) por los europeos y la expoliación de ésta por sus herederos criollos ha provocado, aproximadamente, la muerte de alrededor de 100 millones de personas hasta la actualidad, entre matanzas, represiones y las múltiples enfermedades derivadas del encuentro intercultural.
Los norsos de Groenlandia: murieron 3.000 (?) a comienzos del siglo XV. Durante varios siglos vivieron en la costa de Groenlandia de 3.000 a 5.000 colonos norsos, pero de repente, sin explicación, desaparecieron todos, olvidados, consumidos y absorbidos por la crueldad de las tierras salvajes del norte.
Aunque los estudiosos modernos prefieren atribuir su desaparición a un acto de Dios (una plaga o una nueva era glacial) o a las propias víctimas (una obstinada negativa a adaptarse al duro entorno), existen unos pocos testimonios que describen claramente luchas contra nativos hostiles: los skraeling. En el siglo XIV, un visitante norso, Ivar Bardarson, informó al obispo de Bergen que «ahora los skraeling han [destruido] por completo el asentamiento occidental. Tan sólo quedan caballos, cabras, reses y ovejas, todos salvajes, pero ningún habitante, ni cristiano ni pagano». Poco después el asentamiento oriental fue atacado, y cuando finalmente llegaron visitantes de Europa no encontraron a ningún superviviente.
Los indios americanos nativos: puede que murieran 15.000.000 a manos de los conquistadores europeos. Junto con el desplome de la población nativa a lo largo y ancho del hemisferio occidental, centenares de tribus simplemente desaparecieron:
Los arrohattoc de Virginia habían desaparecido en 1669. Los apalaches de Florida se extinguieron en el siglo XVIII. Los yazoo del Misisipi se extinguieron después de 1729.
Los aborígenes australianos: entre 1788 y 1920 desaparecieron 240.000. En una fase de la historia que constituye un paralelo de la conquista de las Américas, los aborígenes (población original: probablemente 300.000 posiblemente 750.000) quedaron atrapados en plena colonización blanca y fueron destruidos por la violencia, las enfermedades y el hambre. En 1920 tan sólo quedaban 60.000. Quizá unos 20.000 aborígenes y unos 2.500 blancos murieron directamente a causa de los combates.
La lengua powhatan de Virginia murió en la década de 1790. Los timucua de Florida desaparecieron poco después de 1821. Shanawdithit, el último beothuk conocido de Terranova, murió en 1829.
Los tasmanios: 5.000 fueron masacrados después de 1803. En uno de los genocidios más concienzudos de la historia, fueron perseguidos y exterminados por los colonos blancos todos y cada uno de los nativos «pura sangre» de la isla de Tasmania. Un puñado de ellos sobrevivió bajo la protección de organizaciones benéficas, pero el último murió en 1877.
Isla Chatham: murieron 2.000 habitantes. Los invasores maoríes de Nueva Zelanda conquistaron esta isla del Pacífico Sur en 1835, matando, comiendo o esclavizando a los moriori nativos. En 1862 solamente quedaban vivos 101 morioris, y los últimos «pura sangre» murieron en 1933.
Isla de Pascua: murieron 2.000 nativos. En 1862, los traficantes de esclavos chilenos raptaron a 1.000 nativos rapa nui, la mitad de la población, que no tardaron en morir. Las enfermedades y el sobreesfuerzo redujeron el número de nativos que quedaba a tan solo 110 en 1877.
Durante la década de 1870, los argentinos aniquilaron a los indios araucanos para abrir las Pampas a los asentamientos de los blancos.
Los herero y los namas: desde 1904 hasta 1907 murieron 75.000. Para sofocar una rebelión en su colonia del suroeste de África (hoy Namibia), los alemanes expulsaron al desierto a estas tribus llegando casi a provocar su extinción.
Ishi, el último yahi de California, murió en 1916. Los clackamas de Oregón habían desaparecido en la década de 1920. La lengua natchez de Luisiana se extinguió en la década de 1930.
La familia de lenguas catawba de las Carolinas se extinguió en la de cada de 1960. La pauta de destrucción aplicada a cada tribu era muy similar. Los primeros visitantes blancos eran recibidos con cautelosa hospitalidad. El contacto con los europeos no tardaba en infectar a los nativos con enfermedades catastróficas. Después, balleneros, soldados, colonos o mineros atacaban la tribu en busca de mano de obra esclava o de provisiones.
Los indios robaban caballos o herramientas. Los ladrones y los intrusos eran ejecutados. La otra parte se vengaba. Durante un cierto tiempo volvía la paz. A continuación estallaba la guerra. Finalmente, los blancos lugareños decidían que la única solución era expulsar a los nativos definitivamente. Los indios que cooperaban eran rodeados y enviados a otro lugar, mientras que los que no cooperaban eran cazados y eliminados.
Los pocos y lamentables supervivientes pasaban a disposición de una organización benéfica, donde eran alojados en un refugio y se les enseñaba a cantar himnos. Los últimos miembros de la tribu eran considerados como una curiosidad triste y ebria y se les permitía morir sin perpetuar su cultura ni su linaje.
El Holocausto: 5.500.000 judíos fueron exterminados El Holocausto es el único acontecimiento histórico que cuenta como genocidio independientemente de cómo se defina, puesto que la palabra genocidio se acuñó en 1944 concretamente para describir lo que Hitler estaba haciendo dentro de la Europa conquistada. De hecho, la mayoría de las personas utilizan este término para designar actividades que les recuerdan el Holocausto, sin tener en cuenta si la ONU decide que se ajusta a la estricta definición legal de genocidio o no.
Los armenios: en 1915 murieron 972.000 Los turcos nunca admitirán que lo hicieron, y tampoco nadie los presiona a que lo hagan porque Turquía es demasiado importante como encrucijada estratégica y cultural entre Oriente y Occidente. La versión turca de los hechos es que los armenios se sublevaron, iniciaron luchas étnicas con los kurdos del lugar, y aniquilaron a decenas de miles de musulmanes antes de que su rebelión fuese sofocada. Los turcos justifican el millón de armenios desaparecidos diciendo que tras su derrota huyeron a ultramar.
Los asirios: los turcos mataron a unos 275.000 asirios a partir de 1915.
Los griegos asiáticos: entre 100.000 y 350.000 murieron a manos de los turcos entre 1919 y 1923.
Los ucranianos: aproximadamente 4.200.000 murieron de hambre en 1932-1933. La «hambruna del terror» creada por Stalin mientras reestructuraba la agricultura soviética se cebó especialmente en los ucranianos, que insisten en que el Holodomor fue indiscutiblemente un genocidio dirigido contra ellos en concreto; sin embargo, éste podría ser un buen ejemplo de una atrocidad brutal que fue tan terrible como un genocidio sin llegar a serlo en realidad.
Los serbios: 300.000 fueron exterminados desde 1940 hasta 1945. Tras la conquista de Yugoslavia en la segunda guerra mundial, los alemanes establecieron un estado croata de paja bajo la organización fascista nativa, la Ustase. Este gobierno títere no sólo cooperó alegremente con los programas nazis de exterminio dirigidos contra los judíos y los gitanos, sino que además hizo un esfuerzo especial para erradicar también a los serbios.
Los gitanos: desde 1940 a 1945 murieron 500.000. Los nazis los clasificaron como raza subhumana y los exterminaron sistemáticamente porque los gitanos tenían la reputación de ser delincuentes congénitos.
Los chechenos, los ingushes, karachais, balkares, calmucos: 230.000 murieron en el exilio entre 1943 y 1957. Durante la segunda guerra mundial, Stalin desplazó a nacionalidades enteras que habían sido conquistadas por el avance de los alemanes porque no confiaba en su lealtad. Fueron enviadas hacia el este, donde perecieron cientos de miles de personas.
Los tibetanos: han sido exterminados quizá unos 350.000. Desde la conquista china del Tíbet en 1950, la República Popular ha tratado sistemáticamente de erradicar al pueblo tibetano, de demoler sus hitos y de borrar su cultura. Inmigrantes chinos han sustituido a los tibetanos nativos y constituyen mayoría en casi todas las ciudades tibetanas.
Los kurdos: más de 200.000 fueron exterminados en varios países durante las décadas de 1970,1980 y 1990. Los kurdos constituyeron durante gran parte del siglo XX una minoría oprimida en tres naciones: Irán, Irak y Turquía. El peor período aislado de genocidio infligido a esta población se produjo en 1987-1988, cuando Saddam Hussein hizo matar aproximadamente a 180.000 kurdos en Irak.
Los bengalíes: 1.500.000 fueron exterminados por los pakistaníes en 1971. A pesar de que todo el mundo, a excepción de Bangladesh, lo ha olvidado, éste es probablemente el genocidio más mortífero desde el Holocausto.
Los hutus: 125.000 murieron en Burundi en 1972-1973.
Timor Oriental: entre 1975 y 1999 murieron 102.800. Indonesia invadió y conquistó esta antigua colonia portuguesa matando a una tercera parte de la población.
Los tutsis: los hutus mataron a 937.000 tutsis en Ruanda en 1994
Los darfuríes: desde 2003 han muerto 200.000
https://historiaybiografias.com/genocidios/
19/09/2020
1 Comment
Rubén Torres
12 meses agoViendo estas cifras de millones de humanos asesinados está fuera de la menor duda cuál es el animal más peligroso.
Está claro que nuestros gobernantes no están capacitados para asumir sus cargos. El desinterés que demuestran los jefes de gobierno por las vidas de sus semejantes, por erradicar los genocidios y las guerras es evidente.
Todo eso sería muy distinto si los que gobernaran fuesen gente con un alto nivel de formación de ecología, medioambiental, económica y de social.
En España y supongo que en todo el mundo no hay ni una sola ley que esté correcta, por lo que convendría empezar a cambiarlas todas. Reto a los lectores a que me digan una sola ley que esté correcta. No deben confundir las normas con las leyes, pues muchas normas las encuentro correctas.
Una vez más, abogo para que se elijan personas competentes y dejar a los inexpertos en el banquillo, solo así se pueden encontrar soluciones efectivas.
Por enésima vez se ratifica lo que desde hace décadas vengo diciendo: cuando alguien tiene el poder de decidir qué se debe hacer ante un problema y ese alguien no está lo suficientemente cualificado, algunos problemas se agravan irremediablemente.
En los genocidios ni se molestan en averiguar quién tiene talento. Entre ellos podría haber científicos o gente con grandes inventos que todavía no ha patentado y sería un grave error asesinarlos.
19/09/2020