Fue una de las primeras minas saltarinas, diseñada por los alemanes en la década de 1930.
Cuando alguien pisaba esta mina antipersona, la máquina era lanzada al aire a la altura de la cintura y enviaba horizontalmente a gran velocidad una nube de proyectiles incandescentes (metralla).
La mina S era particularmente temible, ya que era letal en un radio de 20 metros y podía herir gravemente hasta 150 metros.
Se advirtió a los soldados aliados sobre los peligros de esta mina.
Sin embargo, al inicio de la guerra, el Servicio de Información del Ejército de los EE.UU. cometió un error, distribuyendo documentación a los soldados afirmando erróneamente que la mina S solo explotaba cuando se retiraba el pie del soldado que la pisó. Por lo tanto, para evitar la detonación del explosivo, bastaba con mantener un pie sobre la mina y esperar a los zapadores.
Nada más lejos de la verdad.
La mina S explotaba, mantuvieras o no el pie sobre ella.
Los soldados estadounidenses aprendieron por las malas que habían sido desinformados, y el mando corrigió rápidamente la situación.
Una vez borrado este error, nos centramos en entrenar a los soldados en la mejor reacción a adoptar para tratar de salvar la vida ante una mina S, aunque las posibilidades de salir vivo fueran escasas.
Para empezar, no hay que correr lo más rápido posible para alejarse de la mina. Lo único que había que hacer era tumbarse en el suelo, boca abajo.
Como la mina estaba diseñada para golpear la parte superior del cuerpo, mantenerse lo más cerca posible del suelo era la mejor manera de minimizar las lesiones.
23/11/2023