El 17% de las exportaciones de carne vacuna de Brasil hacia la Unión Europea, proviene de la deforestación ilegal.
Un estudio publicado en la revista académica Science reveló que el 20% de las exportaciones de soja y al menos un 17% de las exportaciones de carne de los biomas brasileños la Selva Amazónica y Cerrado, la sabana antigua con mayor biodiversidad y rica en carbono, hacia la Unión Europea, provienen de áreas deforestadas ilegalmente. La conclusión refuerza la información anterior según la cual la ganadería y el cultivo de soja se encuentran entre los mayores culpables de la deforestación tropical. Para alcanzar esta conclusión, se evaluaron 815.000 propiedades rurales del país y se compararon con mapas de uso del suelo y deforestación. Los investigadores también obtienen datos de Transparencia para Economías Sostenibles (TRASE) y documentos GTA (permisos de transporte de ganado) los cuales se emiten cuando los animales se intercambian entre propiedades y mataderos.
Además, se descubrió que la cadena de suministro de JBS, la empresa procesadora de carne más grande del mundo por ventas, tenía ganado que había pastado ilegalmente en el Amazonas, según un informe publicado por Amnesty International en julio. Esto significa que, además del impacto ambiental, “JBS contribuye al abuso de los derechos humanos de las comunidades indígenas”. La compañía está al tanto de esta situación desde el 2009, pero nunca buscó una solución y afirmó falsamente que su carne está libre de deforestación. Esto está lejos de ser un problema que únicamente afecta a Brasil. El Atlas Global de Bosques de la Universidad de Yale ha identificado la ganadería como el principal factor de deforestación en todos los países amazónicos, y representa el 80% de las tasas actuales de deforestación. Por ejemplo, en Colombia, las 13 áreas principales de deforestación identificadas en el país estaban en la Amazonia.
En Argentina, de acuerdo con Greenpeace, la ganadería intensiva en zonas boscosas fue responsable del 40% de la deforestación que se produjo durante 2016 en las provincias de Chaco y Santiago del Estero. Chile es actualmente el tercer mayor importador de carne de Brasil.
Soja, carne y la deforestación del Amazonas
Es de dominio público el conocimiento de la producción de soja es uno de los principales factores que contribuyen a la deforestación, pero no todo el mundo sabe que la mayor parte de la soja se produce para alimentar animales y no las personas. Una persona que come carne es responsable por consumir mucha más soja que un vegano que come tofu. Por ejemplo, se estima que el europeo promedio consume aproximadamente 61 kg de soja al año, principalmente a través de productos animales como pollo, cerdo, salmón, queso, leche y huevos.
Dado que Brasil es el exportador número uno de carne vacuna en el mundo, es también el mayor productor de soja (principalmente usado para alimentar ganado de carne y leche) lo cual ha provocado la tasa de deforestación más alta en décadas: 1.361.000 hectáreas solo en 2019 — ha crecido la presión internacional por aplicar soluciones reales y tomar decisiones políticas. Mientras que el gobierno Brasileño dice no poder rastrear por completo sus cadenas de suministro, el artículo de Science “Las manzanas podridas de la agroindustria brasileña” informó que puede y debe.
“Utilizamos mapas y datos que están disponibles de forma gratuita para revelar los agricultores y ganaderos específicos que talaban los bosques para producir soja y carne de res con destino final a Europa. Ahora, Brasil tiene la información que necesita para tomar medidas rápidas y decisivas contra quienes infringen las reglas, para garantizar que sus exportaciones estén libres de deforestación. Llamar a la situación sin esperanza ya no es una excusa «, explica Raoni Rajão, profesor de la Universidade Federal de Minas Gerais (UFMG).
Derechos Humanos: el otro lado de la moneda
En Brasil, la región Amazónica ha experimentado el mayor crecimiento en la industria ganadera brasileña. “Desde 1988, el número del ganado casi se ha cuadriplicado a 86 millones en 2018, lo que representa el 40% del total nacional”, afirmó Amnistía Internacional. Pero la deforestación no es solo un problema para los animales, los recursos naturales y el bosque. La ONG también advirtió sobre violaciones de derechos humanos, violencia y amenazas contra los pueblos indígenas y residentes tradicionales de las reservas, por lo que solo quedan tres personas de aproximadamente 60 familias que anteriormente vivían en la Reserva Río Jacy-Paraná. Aparte de eso, las tierras indígenas están protegidas por las leyes internacionales de derechos humanos y la cría de ganado comercial está prohibida en estos sitios.
Reducir el consumo de productos animales es fundamental para proteger el medio ambiente, las comunidades indígenas y evitar el surgimiento de nuevas pandemias que ponen en riesgo la salud humana.
La ganadería es responsable de cerca del 20% de las emisiones de gases efecto invernadero de las actividades antrópicas.
El óxido nitroso es casi 300 veces más dañino para el clima que el dióxido de carbono y el 65% de la cantidad producida por seres humanos proviene de la actividad ganadera. Por otro lado, el dióxido de carbono también es emitido por esta actividad, a través de la deforestación para producir alimento para los animales y por los combustibles fósiles utilizados para el transporte.
La producción de carne, especialmente de ganado bovino, es un proceso que usa agua de forma intensiva. El ganado representa el uso del 8% del consumo humano global de agua.
Además, en términos de suelo, actualmente el 30% de la superficie terrestre es utilizada para criar animales de granja.
Animales
Más de 56 billones de animales son sacrificados para el consumo humano anualmente.
Tanto animales terrestres como marinos que consumimos son seres sintientes capaces de tener experiencias positivas y negativas como placer y dolor. En la industria los animales son sometidos a prácticas dolorosas y estresantes sin ningún tipo de anestesia tales como la castración, el corte de cola, el corte de pico o de cuernos.
Casi la mitad de los peces que son consumidos hoy, son criados en piscifactorías donde sufren de estrés y enfermedades. Mientras que los peces que son capturados del océano mueren ahogados fuera del agua.
A pesar de que a través de leyes se busca regular cómo son tratados los animales en los distintos procesos de la producción, el sufrimiento de millones de animales en la industria aún es innegable.
20/08/2023