Seis años y tres meses de prisión para el ganadero que hizo vertidos de purines a la cueva de El Pindal
La sección tercera de la Audiencia Provincial confirma la sentencia anterior del Juzgado de lo Penal de Oviedo. Se le condena por un delito contra el patrimonio histórico, otro contra la ordenación del territorio y uno más contra los recursos naturales, así como a una multa por desobediencia
Los ganaderos, durante el juicio a que fueron sometidos. e. c.
- C.
Gijón
Miércoles, 23 de abril 2025
La Sección Tercera de la Audiencia Provincial ha confirmado íntegramente la sentencia dictada por el Juzgado de lo Penal de Oviedo que, tal y como solicitaba la Fiscalía del Principado de Asturias, condenó al promotor una explotación ganadera de Rivadedeva por vertidos de purines a la cueva prehistórica de El Pindal. El fallo había sido recurrido por la defensa del acusado.
La sentencia considera probados los siguientes hechos, coincidentes con la acusación del Ministerio Fiscal: El acusado es promotor de una explotación ganadera en Ribadedeva, en suelo clasificado por el PGO como suelo no urbanizable de protección de costas y cuyo uso disfrutaba en precario. Carecía de licencia de actividad para la explotación, al habérsele denegado por la Administración y, a pesar de ello, procedió a activarla, con más de 40 cabezas de ganado vacuno. La estabulación estaba ubicada en el entorno de protección de la Cueva de El Pindal, cuando la legislación patrimonial aplicable, y en concreto el artículo 58 de la LPCA, hubiera impedido su desarrollo al resultar incompatible con la adecuada conservación del Bien de Interés Cultural (BIC).
La cueva de El Pindal goza de la máxima protección prevista en la normativa vigente, ya que además de estar declarada BIC, se encuentra incluida en la Lista Patrimonio Mundial desde 2008. Se trata de un área que también goza de protección ambiental, al estar incluida en el Paisaje Protegido de la Costa Oriental.
Un arqueólogo, ante una de las pinturas rupestres de la cueva de El Pindal, en Ribadedeva.
El Pindal, patrimonio mundial de la Unesco, rica en pinturas y grabados rupestres del magdaleniense y más antiguos
La cueva del Pindal se localiza en el cabo de San Emeterio, un privilegiado enclave natural y paisajístico de la comarca oriental de Asturias, en la localidad de Pimiango.
Su única entrada mira hacia el mar y conduce, tras un gran vestíbulo naturalmente iluminado, a una galería lineal en completa oscuridad. La primera mitad es amplia y de fácil recorrido y a lo largo de ella se reparten cinco conjuntos con pinturas y grabados rupestres. Estas cinco zonas se encuentran espacialmente bien diferenciadas en distintos sectores de la pared o del techo. Dos de ellas están en el lado izquierdo y tres en el derecho y todas, excepto una, se localizan al final de este gran corredor, a más de doscientos metros de la entrada.
El panel principal cuenta con la mayor agrupación de pinturas y grabados, formando una composición homogénea y ordenada. Está formado por numerosas figuras animales, que constituyen casi el 80% del total de zoomorfos presentes en la cueva, y también signos abstractos, organizados de forma individual o en conjunto, de formas simples (trazos lineales y puntos) y complejas (laciforme, escutiformes y claviformes). El resto de los paneles están formados por muchas menos figuras animales (entre una y tres), asociadas o no a series de puntos o de trazos lineales.
La especie más representada en el Pindal es el bisonte, seguido del caballo, aunque la más escenificada es la cierva y los más excepcionales el mamut y el pez.
Técnicamente predominan el pigmento rojo y el grabado, aunque existen también algunas representaciones en color negro. Las figuras o marcas de color rojo aparecen en las cinco zonas, mientras que el negro está fundamentalmente concentrado en una de ellas; el grabado se utiliza en tres.
La visita turística permite conocer la práctica totalidad de las figuras rojas y ciertas marcas negras, pero no los grabados, que son invisibles para el observador alejado de la pared.
El arte rupestre del Pindal se remonta probablemente a distintas fases del Paleolítico superior, siendo plenamente magdalenienses los signos claviformes, algunos bisontes rojos, todos los grabados y las pinturas negras. En cambio, los mamuts y la cierva presentan convencionalismos más antiguos, así como muchas de las marcas y signos rojos.
Cien años después de su descubrimiento en 1908, las pinturas y grabados de esta cueva fueron incluidos en la lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO, formando parte de la declaración Cueva de Altamira y Arte Rupestre Paleolítico de la Región Cantábrica.
Con esta actividad de explotación ganadera, el acusado extralimitó los usos del suelo en contra de la zonificación o uso urbanístico de terrenos calificados como «suelo no urbanizable de costas», sin ajustarse a las determinaciones de la licencia municipal concedida en 1995 por el Ayuntamiento de Ribadedeva (construcción de cobertizos y comederos), y acometió obras de construcción que modificaron la cuenca del arroyo La Llongar al haber ampliado el camino de acceso hasta la zona de comederos de la explotación, generando un terraplén que evita que el arroyo, en caso de crecida, se disperse por toda la vaguada. De esta forma, concentra su cauce y el arrastre de material contra un sumidero ubicado junto a la explotación y en el área de infiltración directa de la cueva, de ahí que, en supuesto de inundación, el barrizal concentrado de purines en la zona de comederos se moviliza hacia el punto de escape natural (el sumidero).
3/05/2025
1 Comment
Rubén Torres
4 años agoLas bacterias EM son más efectivas y más rápidas neutralizando los contaminantes